Aquí estamos, comprobando de primera mano que es cierto que en Montreal en verano hace calor. Y este año nos ha tocado a lo grande: estamos en estado de alarma. Ayer se superó la temperatura máxima registrada en Montreal: llegamos a 35.6ºC, que teniendo en cuenta la humedad que hay aquí equivale a unos 44ºC (Montreal Gazzete). Vamos, que nos derretimos, porque encima en el transporte público no hay aire acondicionado (afortunadamente en los edificios sí, sigo trabajando con sudadera para no morir de frío). No recuerdo haber estado nunca tan agobiada de calor, ni cuando en Madrid hemso tenido esas temperaturas. Menos mal que esto no suele ser así (el record de temperatura anterior era de 1955) y no va a durar mucho (nos queda sólo hoy y mañana), porque con esta combinación de calor y humedad se hace difícil moverse y no nos podemos encerrar en casa porque ¡tengo visitantes!
Pero la idea de la entrada de hoy no es sólo contaros a que estamos aquí achicharrados. Lo que verdaderamente me impresiona es que en febrero la sensación térmica puede alcanzar los -35ºC, lo que significa que en 5 meses la temperatura ha subido casi 80ºC. No está mal, ¿verdad?
¡Un beso y hasta pronto! (si no me acabo de derretir...)