viernes, 20 de mayo de 2011

Mapaches urbanos

Esta entrada va dedicada a todos los que al leer la ilusión que me hace ir por la calle y que se me cruce una ardilla (sí, varios meses después me sigue haciendo la misma ilusión...) me habeis dicho o habeis pensado: "pues no es para tanto, también hay ardillas en el Retiro, no hace falta irse a Montréal". Vale, lo acepto, ver una ardilla no es una cosa demasiado espectacular, pero decidme ahora, ¿a quién de vosotros volviendo a casa en Madrid se le ha cruzado un mapache? Pues aquí, desde que empezó el buen tiempo ya me ha pasado cuatro veces.
Tengo que decir que los mapaches parecen ser mucho más discretos que las ardillas, y para verlos hay que tener la suerte de que el sol esté cayendo y estar en una zona tranquila. Aún así Diana consiguió grabar a uno que se paseaba por el campus de Concordia un viernes cuando salíamos de trabajar. Me temo que el vídeo no se ve muy bien porque está grabado con una blackberry (es decir, no teníamos zoom) y el mapache estaba bastante concentrado en mantener las distancias. Aún así yo creo que más o menos se distingue. A ver si la próxima vez tengo más suerte, llevo la cámara encima y me da tiempo a sacarla antes de que el mapache huya. De momento tendréis que creerme: en la lista de animales que viven en la ciudad de Montreal están los mapaches.

viernes, 13 de mayo de 2011

Y de repente te despiertas un día... y es primavera

Y es que el cambio de estación aquí es así, de un día para otro, sin tiempos de transición. Y si ya me había llamado la atención con el invierno (pasamos de 10ºC a -10ºC y medio metro de nieve en 3 días)con la primavera ha sido aún más espectacular. No es que la primavera haya llegado, es que prácticamente ha explotado. En menos de una semana vuelve a estar todo verde y lleno de flores. Pensaréis que estoy exagerando pero os prometo que es así: te acuestas una noche y el árbol que ves por la ventana no tiene ninguna hoja, abres los ojos 8 horas más tarde y al árbol está totalmente verde. Eso tocó hace un par de días. Esta noche ha sido el turno de los dientes de león: ayer cuando nos fuimos de la universidad estaba todo el césped verde, hoy hemos salido a comer delante de la facultad y estaba todo cubierto de flores amarillas. Así, sin transiciones. Es tan rápido que parece que si estás en el lugar correcto en el momento oportuno vas a poder ver las hojas salir como quien ve salir un pollito del huevo. Nos hemos planteado dejar una cámara grabando una noche y poder ver cómo ocurre...

Además la gente de Montreal ha decidido esta semana arreglar los jardines y están todas las calles residenciales llenas de tulipanes y otras flores pequeñas y moradas que no sé qué son. Es precioso. La lástima es que me he dejado la cámara en casa y no he podido hacer fotos. Visto el camino de hoy a la universidad he decidido volver a hacer como en otoño y llevar siempre encima la cámara. Aunque igual tengo que esperar unos días para enseñaros las fotos, porque dice el servicio meteorológico que dentro de 12 minutos va a empezar a llover y va a estar así todo el fin de semana. ¿Será verdad? Otro día os lo cuento.

lunes, 9 de mayo de 2011

¡Por Montreal sobre ruedas!

Hoy por fin he estrenado mi bici nueva: una mountain bike plateada para chica (es decir, con la barra más baja para facilitar subir y bajar aunque no lleves pantalones). En realidad no es nueva, es de segunda mano, pero a mí me encanta. ¿El plan? Cuando el tiempo lo permita usarla para ir a trabajar y por supuesto para seguir conociendo la isla de Montreal, que tiene unos 450 km de vías ciclistas, sobre todo en las orillas del Río de San Lorenzo y del canal de Lachîne, que es un canal que une el Vieux Port con el lago St-Louis, que construyeron los colonos franceses en 1670 para salvar una zona de rápidos del Río San Lorenzo. Pero ese no es el tema de hoy, el tema es mi bicicleta, que aquí os presento:

Y ya de paso os presento también mi casco y mi cadena, que me he comprado para que la bicicleta y yo permanezcamos juntas el tiempo que me queda en Montréal (al parecer en cuanto te descuidas las bicicletas cambian de dueño).
Así que hoy por primera vez he ido en bicicleta a la universidad. La ida ha sido estupenda, en 20 minutos estaba allí porque es todo cuesta abajo. El regreso ha sido peor porque si la ida es toda cuesta abajo, la vuelta... es toda cuesta arriba. Así que cuando llevaba tres cuartas partes del camino mis piernas han dicho que ya bastaba de ejercicio y he llegado a casa caminando. Me imagino que poco a poco iré cogiendo fondo y se me hará menos duro, aunque no creo que llegue nunca a ser capaz de subir la cuesta de mi calle, que parece un puerto de montaña. Es lo que tiene haber decidido vivir en el Mont Royal.
¡Besos!