martes, 22 de febrero de 2011

El retorno

Ayer prometí contar el viaje cuando mi cerebro volviera a su ser y como hoy parece que lo ha hecho ahí va el informe. El viaje fue increíblemente bien, sin ningún momento de tensión, y sin tener que correr, a pesar de que en Zürich sólo tenía 50 minutos para cambiar de avión y tenía que ir desde la terminal A a la E, que son las más alejadas y pasando el control de pasaportes. Pero el aeropuerto está montado de tal manera que apenas hay que hacer colas así que llegué al avión sin ningún tipo de problema. Anécdota del segundo vuelo: mientras esperábamos a despegar el comandante fue pasándose por el avión a dar el mensaje de bienvenida en persona, y a contarnos que íbamos a tardar unos minutos más en empezar el viaje porque estaban quitando los restos de nieve de las alas del avión pero que a pesar del pequeño retraso en la salida aterrizaríamos en Montréal a la hora prevista "como hacemos siempre" (dijo literalmente, lo que suena un poco prepotente). Pero efectivamente llegamos muy puntuales, el servicio fue muy bueno, dieron chocolate y queso... todo muy suizo. Así que según mi experiencia es altamente recomendable volar con Swiss Air y evitar la KLM.

En el aeropuerto, después de pasar dos controles de pasaportes (uno justo a la salida del avión), me tocó pasar por inmigración para hacerme con mi permiso de trabajo. Conseguirlo básicamente consistió en coger número y esperar a que me llamaran, enseñar la carta que me habían mandado y que me imprimieran un papel que está ahora grapado en mi pasaporte. En total unos tres cuartos de hora. Curiosamente el Gobierno Canadiense ha decidido que de profesión soy química... porque por algún misterioso motivo en el sistema no existe la opción de marcar que eres física. Además mi permiso expira el 18 de julio porque mi pasaporte caduca el 19 de ese mes. Así que en cuanto renueve el pasaporte tengo que pedir la renovación, sólo que esta vez puedo hacerlo sin salir de Canadá. Y además tengo que llamar a inmigración porque el permiso tiene una nota indicando que debo abandonar el país a más tardar el 18 de julio y que el documento no permite la reentrada (tengo que asegurarme de que eso quiere decir que no permite la reentrada más allá del 18 de julio... porque en abril tengo que estar en España, que ya me han aceptado para dar una presentación oral en un congreso en Bilbao). En fin, que como dice Dani (uno de mis directores de tesis), parece que mi destino es vivir sepultada por la burocracia.

Una vez con el permiso de trabajo en mis manos recogí mis maletas, que me esperaban bien colocaditas junto a la cinta de equipajes (otro punto positivo para la Swiss), pasé el control de equipajes y cogí un taxi a casa. Y la tarde dió poco de sí, porque me empezó a entrar mucho sueño y después de colocar un poquillo las cosas y cenar me fui a dormir hacia las 9 de la noche de aquí. Pero ha estado bastante bien porque me he despertado sobre las 5, lo que quiere decir que he dormido 8 horas del tirón.

Hoy la primera misión del día ha sido informar a mi casero de que había llegado y a continuación ir a abrir una cuenta bancaria. Lo del banco ha resultado todo muy fácil porque me ha tocado que me atendiera un empleado chileno, así que todo lo hemos hablado en español. Luego a esperar el autobús y a la universidad, ver a mis compañeros y a mi jefe, que han sido muy cariñosos recibiéndome, y el resto del día dedicarme a preparar papeles para que la Universidad me de de alta como postdoc. Todo el día excepto un rato en el que les he enseñado que hay que apretar un poco los polvorones para comérselos y he intentado que dijeran Pamplona. En plena operación polvorón ha aparecido el Dr. Capobianco con Fiore y ha opinado que estábamos de fiesta... aunque no le ha debido de parecer muy mal, porque enseguida se ha unido a nosotros. Y luego vuelta a los papeles. Pero no os penséis que los he podido dejar terminados... mi plan de mañana es ir a llevar los documentos firmados por el Dr. Capobianco al campus del centro, conseguir un carnet de Concordia donde diga que soy Postdoc, hacerme la cuenta de correo institucional, pedir la tarjeta médica de Québec, y pedir un número de la Seguridad Social de Canadá. ¿Podré trabajar algo? Mañana os cuento.
¡Besos!

4 comentarios:

  1. Me alegro de que todo vaya bien Emma! El día que termines con tanta burocracia podrás respirar!

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  2. Si es que ya te lo decía yo, que no hay nada como la eficiencia suiza. Es cierto que el aeropuerto de Zúrich no es muy grande pero alardean de ser los más eficientes de Europa, y yo me lo creo. Madre mía con el papeleo, a ver si tienes suerte y todo se arregla pronto y sin muchos líos.

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  3. Menudo follón tienes montado con el papeleo... Pero ya sabes, ¡en Canadá di a todos que eres doctora que seguro que te lo arreglan antes!

    P.D. ¡¡¡Queso y chocolate!!! Creo que podría volar con esa compañía.

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  4. Bueno, se te dan bien los papeles...,son un rollo pero no te asustas ante ellos (así que no es negativo el asunto)
    Y me alegro de que el viaje fuera tan bueno :)

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