Hoy empiezo la entrada con una aclaración para los que me habéis preguntado el motivo de que ayer no hubiera entrada. La razón es simple: el cambio de hora me tenía muerta. Rafik y yo nos pasamos el día haciendo campeonato de bostezos (él no tiene jet-lag, pero sí un bebé de 4 meses que esta semana ha decidido no dormir) y por la tarde al salir de trabajar nos fuimos Diana, Amélie y yo al cine, porque Amélie había tenido un día duro y necesitaba desconectar. Y al cine sobreviví pero volviendo casi me duermo en el metro así que según llegué a casa me metí en la cama. Eso sí, a las 6 de la mañana estaba en la cama espabilada como si hubiera dormido 12 horas seguidas. Así que he llegado prontísimo a la universidad, y me la he encontrado cerrada. Pero no por la hora, sino porque hoy era el día del Rector y al no haber clases sólo abren la puerta más cercana al puesto de seguridad (como me ha explicado el vigilante que me ha encontrado buscando por donde entrar). Y por lo demás ha sido un día normal, porque como la calefacción sí la ponían (en Navidad la cortan) en el laboratorio hemos ido a trabajar todos.
Aprovecho también para contaros que mañana es muy probable que tampoco haya entrada. Resulta que es la Noche en Blanco y vamos a ir Amélie, Diana, yo y unos amigos colombianos de Diana a ver los espectáculos de la zona del Vieux Montréal. Me imagino que estaréis teniendo el mismo pensamiento que tuve yo: los montrealenses son gente recia, porque anda que no hay noches en el año como para que la Noche en Blanco tenga que ser cuando las temperaturas rondan los -15ºC. Y no creáis que es que las actividades son en recintos cerrados. El plato fuerte de la noche son los espectáculos de luz que son todos al aire libre. Así que nuestro plan es primero pasear (en mi caso, cámara en mano) viendo la ciudad iluminada y después ir al Ayuntamiento, donde dan clases gratis de salsa y tango. Yo dependiendo de cómo ande de sueño es muy posible que sólo me quede a los espectáculos de luz. Pero eso os lo contaré el domingo, que el sueño ataca de nuevo.
¡Besos y hasta entonces!
¿Clases de salsa?, ¿colombianos?, ¿¿¿cómo puedes estar pensando en dormir??? (seguro que entre los colombianos abundan los hombres que sí bailan).
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