viernes, 23 de diciembre de 2011

Désolé

Observación de los últimos días: los canadienses dicen con mucha frecuencia "lo siento". Pero con mucha, mucha, mucha frecuencia. Lo dicen en situaciones en los que resulta educado y amable decirlo, como cuando cuando vas a pedir algo en una tienda y no lo tienen (désolé), o cuando se chocan contigo (désolé), o cuando tardan en servirte (désolé)... pero también en situaciones en la que queda raro. Os pongo dos ejemplos de esta semana. El otro día abro la puerta del laboratorio sin mirar y casi me llevo por delante a un chico que iba a entrar en ese momento. Y antes  de que me diera tiempo a decir nada ya había saltado él a decirme "désolé". Vamos, que casi le tiro de un portazo y encima se disculpa. El segundo ejemplo: hace un par de semanas hice un pedido de un par de filtros para el laboratorio y ayer me llaman de la oficina que gestiona los pedidos para ver si puedo ir a hablar con ellos porque ha surgido un problema. Y cuando llegan me explican que la empresa sólo admite ese pedido si lo pagamos por adelantado con tarjeta de crédito. ¿Y por qué no me lo han contado por teléfono en lugar de hacerme ir? Para disculparse en persona, como si fueran ellos los que no me quisieran vender los filtros. Pero no queda ahí la cosa, también se disculpan en situaciones insospechadas por escrito: en los horarios de los comercios (lo siento, cerramos el día 24 de diciembre por la tarde) o en las taquillas cuando no quedan entradas (lo siento, no hay entradas). Y así vas encontrando ejemplos en lugares sorprendentes que te hacen pensar en lo extremadamente educados que son los canadienses.

Pero hay un "désolé" en particular que tengo comprobado que es totalmente contraproducente: el que dicen los autobuses. Porque aquí los autobuses que no admiten viajeros en lugar de limitarse a indicar simplemente eso pasan un cartel que dice: "Désolé, hors de service". Y ese désolé tiene la propiedad de despertar instintos asesinos, que son mayores cuanto menor es la temperatura exterior. Imaginaos estar esperando el autobús a 15 grados bajo cero, en plena tormenta de nieve, verlo aparecer a lo lejos y cuando se acerca descubrir que tu autobús se ha convertido en un désolé (así los llamamos ahora). Os aseguro que dan ganas de matar a alguien. Lo que me consuela es que no me pasa sólo a mí, casi todo el mundo que conozco y que usa el transporte público ha acabado reconociendo que le ocurre lo mismo y que preferiría que el autobús fuero menos educado y se limitara a decir "fuera de servicio". Lo curioso es que en estas fechas rizan el rizo ampliando el mensaje a: "Lo siento, fuera de servicio. ¡Felices Fiestas!" ¿Serán conscientes los responsables de que están boicoteando el espíritu navideño?
¡Besos!

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo!! Un mal uso de las normas de cortesía despierta los instintos asesinos de cualquiera y respuestas en plan "pues si tan desolé estás, parate y me llevas... ¿o es que acaso lo dices por decir?, ¿eeeeeeh?"

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  2. Estoy con Marta, a veces ser demasiado cortés puede ser incluso maleducado. Piensa que vienes a España unos días y ahí nadie se disculpa por nada :P

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