Ya os lo había contado muchas veces: aquí las ardillas son temerarias y cotillas. Y para muestra, un botón. Esta mañana, cuando nos disponíamos a desayunar, una ardilla ha decidido aparecer en la ventana a observar muy interesada lo que pasaba en mi salón-cocina. No es la primera vez que ocurre, como vivo junto a un parque me visitan con cierta frecuencia. Lo especial de esta ocasión es que la ardilla no ha salido disparada según nos hemos acercado a la ventana sino que ha decidido posar tranquilamente para nosotras (me apunta mi editora de contenidos de hoy que en realidad ha venido corriendo a posar para nosotras y de hecho ha habido un momento en el que hemos tenido que cerrar la ventana porque se la veía con intenciones de invitarse a desayunar). Pero vamos a lo importante: aquí tenéis la pequeña muestra del book que le hemos hecho. Y sí, para ser una pequeña parte son bastantes fotos, pero es que no todos los días se encuentra una ardilla con alma de modelo, ¿no? Esperamos que las disfrutéis al menos tanto como nosotras nos hemos reído haciéndolas.
¡Besos!
(¡Gracias a Marta por la colaboración de hoy!)
Y además es una ardilla muy gorda! Se nota que le llega la hora de echarse una siestecita hasta primavera!
ResponderEliminarUn beso para las dos
Hoy no viene... yo creo que después del intento aquel de traspasar el cristal nos ha olvidado. Jo...
ResponderEliminarPara mí claramente os estaba poniendo ojitos para que la adoptaseis de mascota. ¿Ni siquiera os lo planteasteis?
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