sábado, 18 de diciembre de 2010

Atrapada en Montréal

Pues ya estoy de vuelta en mi casa de Montreal... mucho más rápido de lo que estaba planeado. La razón, el mal tiempo en el aeropuerto de Amsterdam, que no permite que despeguen aviones aunque sí aterrizan. Así que mi vuelo ha salido de Montréal en el horario previsto pero a los que teníamos una conexión en Amsterdam no nos han dejado embarcar, porque al parecer en Schiphol ya no tienen ni sitio en el suelo para que duerma la gente. Así que he llegado al aeropuerto, y con las mismas me he tenido que volver, después de arreglar lo del billete. A pesar de que en cuanto me han dicho que me quedaba en tierra he corrido a un teléfono para que me colocaran en el primer vuelo con plazas libres, el primer avión en el que han podido meterme sale el martes, y el miércoles a mediodía debería llegar a Madrid. Así que por de pronto me pierdo la fiesta de Navidad de postcomunión, a la que pensaba bajar mañana, y la cena con los compañeros de la carrera. Qué rabia me da, yo que me veía ya con todos vosotros...
En fin, qué se le va a hacer. Toca esperar tres días más, y rezar para que el martes el tiempo me permita irme... aunque la previsión es que la nieve continue. Deseadme suerte, que no me apetece pasar aquí la Nochebuena sola.
Besos...

viernes, 17 de diciembre de 2010

Cerrado por vacaciones

Mañana es un gran día... ¡vuelvo a casa por Navidad! (como el turrón, que dice una que yo me sé...) Estaré en Madrid como mínimo hasta el 10 de enero, aunque la fecha de vuelta dependerá de lo que tarden en tramitarme el permiso de trabajo, que ya me ha dicho mi jefe que la próxima vez que nos veamos espera que haya dejado de ser una inmigrante ilegal. Así que hasta que llegue ese día le doy un respiro al blog, y a todos los que lo leeis, y lo cambio por poderos informar en persona  (no os imagináis las ganas que tengo).
Por lo tanto hoy no me despido hasta mañana, sino hasta la vuelta.
¡Besos!

jueves, 16 de diciembre de 2010

Usando el STM

Una de las consecuencias que ha tenido cambiarme de piso es que he pasado de usar rara vez el transporte público, (el stm), a usarlo a diario. Sobre todo los autobuses, porque aunque en Montréal hay metro, básicamente sirve para moverse por el centro de la ciudad, y como mi facultad está fuera del centro y hacia el oeste, que es hacia donde menos se extiende la red de metro, no me queda más remedio que coger el autobus para ir a trabajar. Y tampoco me voy a alargar mucho porque una red de transporte público no da para mucho. Sólo voy a contaros un problema que tengo con los autobuses, para que os ríais un poquito.

Como es lógico todo el sistema de autobuses está muy preparado para el frío, y por ejemplo las paradas son de tipo pecera, y los autobuses pasan cumpliendo un horario fijo para que no haya que estar mucho tiempo en la calle esperando. Y cuando el autobús llega a la parada el conductor sólo abre la puerta delantera y lo normal salvo que el autobús vaya muy lleno, es que todo el mundo baje y suba sólo usando esa puerta, para que entre el menor frío posible. Así que si quieres salir por la puerta de detrás para que la puerta se abra tienes que hacer una de estas dos cosas: apoyarte en las barras de la puerta una vez que se ha encendido una luz verde o mover la mano frente a la puerta porque hay un sensor de movimiento, que en cuanto deja de notar gente cierra rápidamente la puerta para que no se escape el calor. Pues a mí ese sensor no me detecta. Para abrir la puerta no me importa, porque me apoyo en la barra y se acabó el problema, pero a la hora de salir, si no he sido yo la persona que he abierto la puerta, el sensor siempre decide que ha llegado el momento de cerrar mientras estoy saliendo y tengo que acabar bajando de un salto para que no me atrapen las puertas. Así que hoy yendo hacia la universidad me he dedicado a observar a la gente que salía por detrás para ver si descubría cuál era mi problema, porque bajarse de un salto a una acera llena de nieve es una maniobra tirando a arriesgada y preferiría dejar de hacerla. Y creo que ya sé lo que falla: es mi altura. Soy más baja que la media conadiense y por tanto demasiado baja para el sensor. A ver si ahora que lo sé consigo hacer que las puertas me vean y puedo bajarme con más dignidad del autobús. Ya os contaré qué tal se me da.
¡Besos!

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Noches blancas

Y en Montreal sigue nevando... pero sigue sin cansarme. Cada día cuando me levanto, abro las cortinas, veo todo blanco y sin darme cuenta me pongo más contenta y empiezo más animada el día. Y es que sigue cayendo una nieve finita, como polvo, que se queda en los árboles, en los tejados, en las vallas... y hace que la ciudad parezca un nacimiento. Ni siquiera me molesta que se acumule en las aceras, porque como todavía no hace frío de verdad (nos mantenemos en torno a -10ºC) la nieve no se endurece y se puede andar por encima sin resbalarse. Y me gusta cómo cruje la nieve cada vez que das un paso. No lo puedo evitar, llego siempre a la parada de autobús sonriendo.

Pero lo que me tiene verdaderamente fascinada es el aspecto de la ciudad por la noche, hasta tal punto que ha dejado de importarme que empiece a oscurecer hacia las 4 de la tarde. Es increíble la luminosidad que da capa de nieve, cómo se reflejan las luces en el suelo y cómo consiguen que la ciudad nunca esté oscura. Y  esa claridad que viene del suelo y el reflejo de las luces en los copos de nieve sobre el fondo oscuro del cielo hace que toda la ciudad tenga algo de irrealidad. Me encantaría poder transmitirlo con una imagen pero por mucho que lo intento no lo consigo y con palabras no sé si tampoco he conseguido hacerlo suficientemente bien. Pero podéis creerme, es precioso y merece la pena verlo en directo... siempre y cuando no os asuste el frío.

¡Besos!

martes, 14 de diciembre de 2010

Crisis de idiomas

Creo que mi cerebro ha decidido que no puede más y ha entrado en desconexión. O lo que es lo mismo actúa sin tener en cuenta lo que es lógico y, lo que es peor, sin que yo me dé cuenta de ello. El otro día ya dio las primeras señales de alarma cuando me preguntó Laura una cosa por Skype, yo le contesté una frase en inglés y a continuación me pasé al español. Y como Laura no protestó no me di cuenta de lo que había hecho hasta que releí la conversación. Pues hoy he repetido lo mismo pero a lo grande. He entrado por la mañana al laboratorio y he saludado a Jessica y a Rodger (ambos chinos) en francés y a continuación a Amélie y Nicoleta (con las que intento hablar en francés) en inglés. Y me he dado cuenta porque Rafik me ha mirado y se ha empezado a partir de risa. A la hora de la comida nos hemos quedado solas Diana y yo, me he acordado de una cosa, se la he empezado a contar y al cabo de dos frases Diana, colombiana, me para y me dice: "Emma, me estás hablando en inglés..." Pero lo mejor de todo ha sido por la tarde, cuando ya sólo quedábamos en el laboratorio Rafik y yo, buscando referencias para un artículo y le he comentado un problema que me había surgido. Y Rafik se me ha quedado mirando, se ha sonreído, y cuando yo pensaba que me iba a contestar me ha dicho: ¿eres consciente de que no tengo ni idea de lo que me has dicho? ¡Y es que le había hablado en español! Así que he decidido que era momento de recoger y venirme a casa, que mi cerebro pedía a gritos descanso. Ahora sólo espero que haya sido algo pasajero... menos mal que en cuatro días vuelvo al ambiente monolingüe.

¡Besos!

lunes, 13 de diciembre de 2010

El poder de ser doctora

Es oficial, odio a la administración y la administración me odia a mí. Cuando creía que ya tenía todo listo para el visado hoy vuelvo a llamar al Servicio de Inmigración de Canadá y me dicen que lo que necesito es pedir un permiso de trabajo. Así que vuelta a empezar con los papeles. Y ya harta de todo he empezado a hacer una cosa que os sonará ridícula pero que me facilita la vida. Cuando me piden el nombre y la ocupación dejo claro que soy doctora y sorprendentemente la mayoría de las veces cambia el tono con el que me tratan. De hecho gracias a eso conseguí que me alquilaran el piso, porque en muchos sitios sin tener visado no me admitían, y en el sitio en el que vivo ahora se resistían hasta que vieron una carta que me hizo el Prof, Capobianco en la que habla de mi como Dr. Martin Rodríguez. Y hoy hablando con los del servicio de inmigración he vuelto a hacer uso de ello y de nuevo parece que ha funcionado. Así que hasta que consiga poner en orden todos los papeles voy a usar el título de doctor a discreción. ¡Qué ganas tengo de tenerlo todo listo!

¡Hasta mañana!

domingo, 12 de diciembre de 2010

El Oratorio de San José... dos meses después

Dicen que una de las características del clima en Canadá son las cuatro estaciones muy bien diferenciadas. Y desde luego en Montréal el cambio del otoño al invierno ha sido radical. Para que lo podáis ver vosotros mismos os pongo una foto del Oratorio de San José esta noche. ¿Os acordáis como era en otoño? Pues ahora es así:


Os escribí muchísimas veces que para mí el otoño en Montréal tenía algo mágico... ¿sabéis una cosa? Estoy descubriendo que el invierno también.

¡Besos!

sábado, 11 de diciembre de 2010

Poniendo el Belén

Os voy a confesar que entre las cosas que traje a Montréal en mis 40 kilos de equipaje incluí algunas cosas que pueden resultar un poco raras en un equipaje, entre ellas un Nacimiento de madera comprado por mis tíos en Suiza. Desde hoy el Nacimiento decora mi salón, y en los próximos días iré completando la decoración. ¡Ya no queda nada para la Navidad!

¡Hasta mañana!

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(Ver comentario de Henar)

viernes, 10 de diciembre de 2010

La fiesta del departamento

Hoy hemos tenido una situación muy de PhD Comics: la fiesta de Navidad del Departamento. Para los que no los conozcáis, PhD comics son unas viñetas cómicas que describen (e ironizan sobre) la vida de los estudiantes de doctorado. Y lo curisoso es que aunque están hechos por un profesor estadounidense yo aún no conozco a ningún estudiante de doctorado de ninguna parte del mundo que no se sienta identificado con ellas. El caso es que hoy he vivido una situación parecida a esta:



Es decir, mucha gente desconocida, las secretarias vigilando que no se colara nadie que no hubiera pagado la fiesta (a nosotros nos la ha pagado el prof. Capobianco), tres o cuatro bebés, entre ellos Julia, la hija de Rafik, que es preciosa y tiene unos pulmones poderosos, y mucha comida pero no demasiada cola para acercarse a ella y el dr. Capobianco presumiendo de que en su laboratorio la proporción hombres/mujeres es 3/6. Lo más surrealista de la fiesta ha venido después de que Amélie empezara a hablar con un estudiante de doctorado, que de aspecto no estaba mal, y de repente desaparecieran los dos. El resto del grupo estábamos bromeando sobre el tema hasta que ha llegado el Dr. Capobianco, que también se había dado cuenta de la situación, y ha dicho una frase tremenda: "Soy padre, tengo una hija, y no estaría tranquilo si sé que mi hija está con ese chico. Por si acaso estaría bien que fuérais a buscarla" Así que las 5 chicas restantes hemos dejado la fiesta e iniciado la operación "rescate de Amélie" por todo el departamento, al principio sin tomárnoslo muy en serio, pero luego, visto que Amélie no aparecía y que Francesca nos ha contado que el chico tenía mala fama por cómo había tratado a varias chicas del departamento, nos hemos preocupado un poco. Cuando por fin, al cabo de cerca de media hora, la hemos encontrado ya la había rescatado Rodger, el chino, aunque sin darse cuenta de nada.

Y el día no ha dado para mucho más, porque después de eso nos hemos ido al cine, a ver Harry Potter, y antes de las 6 ya estaba en casa. Así que ha sido un día un poco raro, pero muy divertido.

¡Hasta mañana!

jueves, 9 de diciembre de 2010

Si se te enfrían los pies...

No sé si habéis hecho seguimiento de las temperaturas en Montreal los últimos días, pero por si no lo habéis hecho os las cuento. Llevamos desde el fin de semana en torno a los 8ºC bajo cero, y con una sensación térmica que ronda los -15ºC. Me imagino que estaréis pensando lo mismo que habría pensado yo hace un año: ¡qué frío se debe pasar! Pero, ¿sabéis qué es lo curioso? Que a pesar de que las temperaturas son las más bajas que he experimentado en mi vida, yo no tengo la sensación de estar pasando más frío que otro invierno. Y no penséis que es que no paso tiempo en la calle: hoy por ejemplo he tenido que estar esperando el autobús para ir a la universidad 15 minutos y para volver a casa cerca de media hora. Tampoco es que aquí vaya mucho más abrigada que en Madrid. De hecho sólo hace unos días que he dejado de usar el abrigo español, pero no porque pasara frío con él, sino porque no tiene capucha y con la nieve se necesita. En realidad sólo hay dos dos prendas que uso aquí que no uso en España: el gorro y las manoplas. Y parecerá una tontería pero no sabéis lo que se nota, especialmente el gorro. He comprobado que el dicho ese de "si se te enfrían los pies, tápate la cabeza" es completamente cierto. La explicación (para los que no la sepáis) es que, como es lógico, las personas perdemos calor especialmente por las zonas en las que tenemos menos acumulación de grasa, que son las extremidades, y sobre todo la cabeza y el cuello, por las que se pierde un 20% del calor corporal. Y no es que yo vaya muy sobrada de grasa corporal por ninguna parte (¡no estoy nada preparada este entorno!), pero al ponerme el gorro se nota tanto la diferencia que, a pesar de que no me gusto nada con él, ya no me planteo no usarlo. Además es cierto que no se siente más calor sólo en cabeza: yo sobre todo lo noto en las piernas (en los pies llevo mis botas de esquimal, que aparte de evitar que resbale son de lo más calentitas, ¡cada día me gustan más!).

A sustituir los guantes por las manoplas me resistí un poco al principio, porque me parecían muy incómodas. Pero luego descubres que cuando llevas guantes, las manos se quedan frías y los dedos duelen (literalmente, ¡y mucho!). Sin embargo, con las manoplas, al estar los dedos juntos se dan calor unos a otros y ya sólo duelen los pulgares, que se quedan solos (yo cuando ya no lo aguanto más dejo que visiten un rato a los vecinos).

Así que ya sabéis, si alguna vez tenéis que sobrevivir a estas temperaturas no os asusteis, se puede sin problemas siempre que no olvideis la bufanda, el gorro y las manoplas. O al menos esa es mi experiencia... porque hay otras teorías por ahí que dicen que lo que pasa es que de tanto exponerme al frío estoy desarrollando piel de foca y que cuando vuelva a Madrid dentro de 10 días no voy a necesitar abrigo. Ya os lo contaré.

¡Ciao!

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El laboratorio más frío del mundo...

... ¡ya es un laboratorio de temperatura normal! Es decir, ya podemos trabajar sin ponernos el abrigo, ni guantes... nuestra vida ha mejorado una barbaridad. Lo que no os váis a creer es cuál era el problema. No es que la calefacción no funcionara... ¡es que en algún momento los de mantenimiento habían cerrado la salida del aire! Les ha costado tres visitas al laboratorio darse cuenta y abrirla. Lo hicieron el lunes, pero como el laboratorio es grande y estaba tan frío hasta hoy no se notaba calor. Así que ya podemos estar tranquilos: sobreviviremos al invierno sin necesidad de organizar otro gabinete de crisis.

¡Besos!

martes, 7 de diciembre de 2010

¡Y aquí no para de nevar!

Si ayer por la tarde nos hundíamos hasta los tobillos, después de otro día de nevada, hoy nos hundimos hasta las rodillas. Y no es un modo de hablar, me ha pasado un par de veces porque mi cerebro aún no ha procesado lo de: "si la gente está haciendo un camino más largo en lugar de cruzar por ahí, alguno motivo habrá". Pero bueno, descubres el motivo (i.e. te hundes), sales del agujero, te sacudes la nieve y sigues tan contenta. O al menos sigo tan contenta yo, que no paro de pensar lo bonito que está todo. La gente de mi alrededor lo mira con más indiferencia, un poco molesta porque las quitanieves no dan abasto y aunque no paran de pasar sólo están aceptablemente limpias las calles principales. Y claro, el transporte público iba con retraso y había atascos. Por lo que me han dicho es un poco raro una nevada de estas dimensiones tan pronto, y ha debido de pillar al ayuntamiento un poco despistado.Las aceras las limpiarán cuando terminen con el asfalto, así que los peatones nos apañamos como podemos, que suele ser robando un trocito de calle a los coches.

Al llegar al trabajo he iniciado una campaña para que el primer día que deje de nevar salgamos y hagamos un muñeco de nieve. Diana está totalmente de acuerdo, Francesca opina que vale, pero que nos alejemos un poco de la universidad para hacerlo y Amélie ha puesto cara de si verdaderamente era necesario.Así que les he dicho que yo no puedo ver tanta nieve y no jugar ni un poquito con ella, que de la tensión de reprimirme me va a salir una calentura en el labio. Les ha hecho tanta gracia que hasta el jefe ha apoyado la idea del muñeco. Pero ya dejo de hablar y os enseño fotos, para que podáis ver vosotros mismos en qué se ha convertido Montréal.

¡Besos nevados!

Desde mi ventana, (ahora de día)

Camino al metro


Saliendo a comer-con Amèlie

Saliendo a comer- un coche frente a la facultad


lunes, 6 de diciembre de 2010

¡Llegó el invierno!

Llevaba unos días avisando que venía... ¡y hoy llegó! Primera gran nevada del invierno y la mayor nevada de mi vida. Aunque sospecho que mañana en el trabajo me dirán que aún no he visto nada. Y seguro que tienen razón, pero lo que he visto hoy me ha parecido precioso. Eso sí, menos mal que he mirado el tiempo antes de salir de casa y he ido a trabajar con mis botas de esquimal, porque si no no sé cómo habría podido volver a casa. Por la mañana nevaba muy suavecito, y no había más que una capa finita de nieve en las aceras, que desaparecía al pisarla, pero como ha seguido nevando todo el día, por la tarde te hundías hasta los tobillos. Pero era una nieve muy suelta, casi como polvo. Estaba todo tan bonito que después de salir de trabajar he ido a comprar unas cosas y al terminar he decidido volver dando un paseo en lugar de coger el autobús. ¡Cuando he entrado en el portal de mi casa parecía un muñeco de nieve! Aunque han sido 20 minutos caminando, frío no he pasado mucho. Sólo he tenido algunos problemas porque periódicamente se me acumulaban los copos de nieve en las pestañas y no veía y porque no se distinguía la acera del asfalto, y de vez en cuando al acercarme a los cruces me bajaba de la acera sin querer. A pesar de eso he llegado en perfectas condiciones, sin caerme ni hacer ninguna práctica de patinaje poco digna.

Además al llegar a casa he descubierto que conseguir cortinas tenía que pasar a la segunda posición en mi lista de prioridades... ¡necesito una alfombra para la entrada! No me dejan poner felpudo a la entrada y como cuando entro me empiezo a descongelar si no pongo alfombra junto a la puerta voy a poner la casa perdida. De mañana no puede pasar.

Para terminar os dejo una imagen del parque que veo desde mis ventanas. No se ve muy bien, pero no me he podido resistir a coger la cámara. Con la luz del día saldrá mejor, pero para eso habrá que esperar a mañana.

¡Besos!



domingo, 5 de diciembre de 2010

Milow - Canadá

Hoy estoy poco inspirada así que aprovecho y comparto una canción que me pasó el otro día un amigo y que encaja con el contenido del blog. Sobre todo porque seguimos con la tendencia de bajada de temperaturas y ha vuelto a nevar (aunque otra vez poquito) así que esto se va pareciendo más a lo que uno espera de Canadá en invierno. Y sobre la canción... a mí me gustó mucho, espero que a vosotros también. ¡Disfrutadla!

¡Besos!

sábado, 4 de diciembre de 2010

45º30' latitud norte

Hoy vuelve a tocar entrada cultural porque me he dado cuenta de que muchos creéis que estoy viviendo más al norte de lo que lo estoy haciendo en realidad y que tengo pocas horas de luz. Me imagino que es cuestión de que en Europa estamos acostumbrados a asociar el frío con mucha cercanía al polo. Y es cierto que en Montréal hace mucho frío, pero no es porque esté muy al norte, y por tanto, no tiene largas noches en invierno. De hecho está mucho más al sur de lo que yo pensaba. Os cuento lo que he investigado:
 
Las coordenadas geográficas de Montréal son latitud 45°30'00" N, y longitud 73°34'60" W y las de Madrid son  latitud 40º25'00" N y longitud 03º42'00"W. El punto más al norte de la Península Ibérica es el cabo de Estaca de Bares, que está situado a una latitud de 43º47'23,6"N. Es decir, estoy más al norte que cualquier punto de España pero ¿cuánto más? Pues para hacerme a la idea he buscado una ciudad europea que esté a la misma latitud que Montreal. Y ¿sabéis cuál coincide? ¡Milán! Que no es precisamente una ciudad famosa por sus largas noches en invierno. Así que no os mentía cuando os decía que las horas de luz al día son aproximadamente las mismas en Montréal y en Madrid. Hoy por ejemplo en Madrid habéis tenido 9h y 26 min mientras que en Montréal han sido 8h y 52 min.

En lo que sí se nota diferencia es en la hora del amanecer y del anochecer, que aquí es más temprano que en España: amanece sobre las 7 y empieza a oscurecer a partir de las 4. Así que como en Canadá no tienen costumbre de poner persianas en las ventanas, y mi habitación tiene orientación este, sobre las 7 de la mañana el sol me despierta. Mi objetivo de la próxima semana es conseguir unas cortinas lo más tupidas posible, a ver si le pongo remedio, que entre semana me da igual, pero los fines de semana no acaba de apetecerme. Mientras tanto tocará seguir madrugando.

¡Besos!

viernes, 3 de diciembre de 2010

Cena de grupo

Hoy hemos tenido la cena de Navidad+despedida de Kobe, que el lunes vuelve a Hong Kong. Y aprovechando la situación hemos hecho la foto de grupo, así que vais a poder poner cara a las personas de las que he ido hablando en el blog durante estos meses. ¿Os atrevéis a poner los nombres vosotros? Os ayudo un poco.
Los chicos:
 -John A. Capobianco, italiano de nacimiento, pero que lleva desde el año 56 viviendo en Canadá.
 -Fiorenzo Vetrone, nacido en Canadá de padres italianos. Acaba de conseguir un puesto de investigador en otra universidad pero sigue colaborando con el grupo.
 -Rafik Naccache, egipcio de nacimiento, pero que lleva viviendo en Canadá desde niño. Es estudiante de doctorado.
 -Rodger (que se llama en realidad Lizi Zhang), chino, estudiante de máster.
 -Kobe Wang,  de Hong Kong, estudiante de doctorado que ha estado de estancia unos meses.
Las chicas:
 -Nicoleta Bogdan, rumana. Es postdoc, como yo.
 -Francesca Mangiarini, italiana, estudiante de doctorado a punto de terminar.
 -Amèlie Giroux, la única verdaderamente canadiense del grupo. Es estudiante de máster.
 -Diana Rodríguez, colombiana, también estudiante de máster.
 -Jessica Yu, china, está terminando la carrera.
Somos muy multiculturales, ¿verdad?
¡Besos y hasta mañana!


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SOLUCIÓN: (de izquierda a derecha) Kobe, Fiore (medio tapado), Rodger, Francesca, Diana, Jessica, Amelie, Emma, Capobianco, Rafik, Nicoleta.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Conectada otra vez

Pues efectivamente los canadienses son muy eficientes al menos en lo referido al teléfono e Internet. Me habían dicho que durante el día de hoy, en algún momento entre las 8 y las 5, me activarían  la línea teléfonica y recibiría el kit de instalación de Internet. Pues a las 8:30 de la mañana ha sonado el teléfono para hacer la llamada de comprobación de que la línea teléfonica estaba activada correctamente. El módem me ha llegado un poco más tarde, sobre las 12, con una carta que decía que activarían el servicio a partir de las 5 de la tarde. Así que me he ido a trabajar y he vuelto a casa sobre esa hora. Y efectivamente a las 5 y 10 ya tenía activado el servicio y he podido configurar la conexión sin problema. Bueno, en realidad sí ha habido un pequeño problema, pero eso no ha sido culpa de los de Bell. Resulta que en casa tengo sólo una roseta activada y con el kit de instalación viene un adaptador para que puedas conectar simultáneamente el teléfono y el módem. Al ir a ponerlo he descubierto que la tapa exterior de la roseta tiene un saliente de adorno que hacía que el adaptador no encajara del todo. Así que he tenido que quitar esa parte y este fin de semana me tocará buscar otra tapa más plana.

Y una cosa curiosa que he aprendido hoy. Estaba yo un poco intrigada porque mi casa no tenía telefonillo instalado, y me parecía un problema de cara a recibir visitas, o que me trajeran un paquete. Pues el truco está en que no es sólo mi casa. En Canadá los telefonillos van a través de la línea telefónica y la puerta puedes abrirla marcando un código en el teléfono (seguramente sea así en más sitios, pero yo nunca me había fijado). El problema de eso es que te obligan a tener teléfono fijo en casa si no quieres pasearte a abrir el portal cada vez que alguien te visite.

Y nada más por hoy, con esto vuelvo al mundo.

¡Besos!