Es oficial, odio a la administración y la administración me odia a mí. Cuando creía que ya tenía todo listo para el visado hoy vuelvo a llamar al Servicio de Inmigración de Canadá y me dicen que lo que necesito es pedir un permiso de trabajo. Así que vuelta a empezar con los papeles. Y ya harta de todo he empezado a hacer una cosa que os sonará ridícula pero que me facilita la vida. Cuando me piden el nombre y la ocupación dejo claro que soy doctora y sorprendentemente la mayoría de las veces cambia el tono con el que me tratan. De hecho gracias a eso conseguí que me alquilaran el piso, porque en muchos sitios sin tener visado no me admitían, y en el sitio en el que vivo ahora se resistían hasta que vieron una carta que me hizo el Prof, Capobianco en la que habla de mi como Dr. Martin Rodríguez. Y hoy hablando con los del servicio de inmigración he vuelto a hacer uso de ello y de nuevo parece que ha funcionado. Así que hasta que consiga poner en orden todos los papeles voy a usar el título de doctor a discreción. ¡Qué ganas tengo de tenerlo todo listo!
¡Hasta mañana!
Me parece muy bien, doctora Martín que haga uso de su título todo lo que pueda, que bastante ha costado llegar hasta ahí, ¡como para desaprovecharlo!
ResponderEliminarY mucho ánimo con los papeles horrendos :)
(por cierto, te han crecido los seguidores ;) )
A ver, ¿cuál crees que era mi motivación para hacerme doctora?... ¿poder trabajar de investigadora? Noooooo. Es para que en RyanAir en el billete ponga que soy doctora y los azafatos (los no españoles, que entre españoles no se toma en serio) me miren con otros ojos ;-)
ResponderEliminarEs que ahora te has convetido en una emigrante valiosa para el Canada
ResponderEliminarjajajajaja
ResponderEliminar:)