viernes, 23 de diciembre de 2011

Blanca Navidad

Cuando empezábamos a pensar que nos lo habían robado, el invierno ha decidido aparecer para cubrir de blanco la ciudad en Navidad. Desde esta mañana no para de nevar y por fin está cuajando. Hemos tenido un diciembre increíblemente cálido, casi siempre rondando los 0ºC, con algún día de casi 10ºC y sólo un par de días en los que hemos llegado a -8ºC. Así que andábamos todos un poco sorprendidos y era el tema de conversación diario. Incluso los animales que suelen desaparecer en invierno siguen tranquilamente por la calle. De hecho las ardillas empiezan a tomar unas dimensiones que asustan porque continúan acumulando reservas para el invierno (si os parecía gordita la de la foto de hace un par de entradas tendríais que verlas ahora) y todavía se podían ver bandadas de pájaros que aún no consideraban que hubiera que emigrar. Y es raro, porque el año pasado por estas fechas llevábamos ya 3 semanas en los que no veíamos ni de lejos temperaturas positivas y con cerca de un metro de nieve en la calle.

En contra de lo que podéis pensar, que haya estado haciendo buen tiempo no ha facilitado demasiado la vida. Y es que estas temperaturas tienen una desventaja, que es que llueve, y la lluvia quita la sal. Desde el fin de semana ha llovido todos los días así que todo estaba mojado. El problema llegó el miércoles, que fue el día en el que volvimos a ponernos ligeramente por debajo de 0ºC. Consecuencia: la ciudad se convirtió en una pista de patinaje gigante. Llegaron a dar avisos para que la gente volviera a casa cuanto antes para evitar accidentes y recomendaban no caminar por la calle por riesgo de caídas. Y verdaderamente era justificado. Yo conseguí no caerme (tuve varios momentos interesantes de esos de recuperar el equilibrio en el último momento, uno bastante espectacular en el que casi me llevo por delante a otro peatón) pero para que os hagáis una idea: en el trayecto del autobús a casa, que tardo en recorrer normalmente unos 7 minutos, tardé un poco más de 20. Y eso a pesar de que llevaba botas de montaña. Y Rafik tuvo que dejar a la niña durmiendo en casa de sus padres porque los coches tenían muchos problemas para frenar y no se atrevía a ir a recogerla. Pero bueno, eso ha durado dos días. Ya se ha fundido el hielo, y ya nieva y todo está precioso, y yo me voy a casa corriendo a coger la maleta y de ahí directa al aeropuerto, hacia un país mucho más cálido en el que estan cosas no pasan. Pero antes de cerrar os dejo una foto de cómo está la universidad en estos momentos.

¡Feliz Navidad a todos!



Désolé

Observación de los últimos días: los canadienses dicen con mucha frecuencia "lo siento". Pero con mucha, mucha, mucha frecuencia. Lo dicen en situaciones en los que resulta educado y amable decirlo, como cuando cuando vas a pedir algo en una tienda y no lo tienen (désolé), o cuando se chocan contigo (désolé), o cuando tardan en servirte (désolé)... pero también en situaciones en la que queda raro. Os pongo dos ejemplos de esta semana. El otro día abro la puerta del laboratorio sin mirar y casi me llevo por delante a un chico que iba a entrar en ese momento. Y antes  de que me diera tiempo a decir nada ya había saltado él a decirme "désolé". Vamos, que casi le tiro de un portazo y encima se disculpa. El segundo ejemplo: hace un par de semanas hice un pedido de un par de filtros para el laboratorio y ayer me llaman de la oficina que gestiona los pedidos para ver si puedo ir a hablar con ellos porque ha surgido un problema. Y cuando llegan me explican que la empresa sólo admite ese pedido si lo pagamos por adelantado con tarjeta de crédito. ¿Y por qué no me lo han contado por teléfono en lugar de hacerme ir? Para disculparse en persona, como si fueran ellos los que no me quisieran vender los filtros. Pero no queda ahí la cosa, también se disculpan en situaciones insospechadas por escrito: en los horarios de los comercios (lo siento, cerramos el día 24 de diciembre por la tarde) o en las taquillas cuando no quedan entradas (lo siento, no hay entradas). Y así vas encontrando ejemplos en lugares sorprendentes que te hacen pensar en lo extremadamente educados que son los canadienses.

Pero hay un "désolé" en particular que tengo comprobado que es totalmente contraproducente: el que dicen los autobuses. Porque aquí los autobuses que no admiten viajeros en lugar de limitarse a indicar simplemente eso pasan un cartel que dice: "Désolé, hors de service". Y ese désolé tiene la propiedad de despertar instintos asesinos, que son mayores cuanto menor es la temperatura exterior. Imaginaos estar esperando el autobús a 15 grados bajo cero, en plena tormenta de nieve, verlo aparecer a lo lejos y cuando se acerca descubrir que tu autobús se ha convertido en un désolé (así los llamamos ahora). Os aseguro que dan ganas de matar a alguien. Lo que me consuela es que no me pasa sólo a mí, casi todo el mundo que conozco y que usa el transporte público ha acabado reconociendo que le ocurre lo mismo y que preferiría que el autobús fuero menos educado y se limitara a decir "fuera de servicio". Lo curioso es que en estas fechas rizan el rizo ampliando el mensaje a: "Lo siento, fuera de servicio. ¡Felices Fiestas!" ¿Serán conscientes los responsables de que están boicoteando el espíritu navideño?
¡Besos!

jueves, 15 de diciembre de 2011

Chocolate caliente

¡Acabo de recibir mi primer regalo de Navidad de este año! Y he decidido compartirlo con todos hoy mismo. Aunque no lo hago porque me haya encantado, que verdaderamente lo ha hecho, sino porque me ha hecho gracia una frase que me ha dicho la persona que me lo ha comprado: "no era exactamente esto lo que tenía pensado, pero tenía claro que quería regalarte algo que tuviera que ver con el chocolate". Y lo que me ha parecido curioso es que eso es algo que probablemente no habría escuchado si no me hubiera venido a vivir a Canadá. Al menos yo no me considero una persona especialmente golosa. Me gusta el dulce, pero creo que no tanto como para que alguien que me conoce piense que es el regalo perfecto para mí. Pues eso era cierto para  Emma en versión española, porque Emma en versión canadiense sí que es una gran aficionada a tomar chocolate caliente. Todo empezó un poco por casualidad. Bueno, quien dice por casualidad, dice por supervivencia. No sé si os acordareis pero el año pasado, cuando empecé a trabajar en el laboratorio, la calefacción no funcionaba. Trabajar allí era como trabajar en el Polo Norte. Según iba avanzando el día íbamos poniéndonos más capas de ropa, hasta que a media tarde no aguantábamos más, y salíamos en busca de algo caliente al Second Cup (que es algo así como el Starbucks pero en versión canadiense). ¿Tenéis en mente la imagen de las películas americanas de la gente andando por la calle bebiendo un vaso gigante de café camino del trabajo? Pues esa es la imagen que os podéis quedar, porque era algo así (reducid un poco el tamaño del vaso, que en Canadá los tamaños son gigantes comparados con Europa pero menos grandes que en EEUU). Sólo que a mí el café me hace mucho efecto (aquí dicen que me pongo saltarina) y con un café a media tarde a medianoche estoy despejada como si fuera un búho. Así que en su lugar me tomaba un chocolate caliente. Y luego nos arreglaron la calefacción, pero llegó el invierno de verdad. Y os aseguro que cuando estás un rato en la calle a 15ºC bajo cero, de vez en cuando necesitas entrar en un sitio a por algo caliente, aunque sólo sea para coger la taza y recuperar la sensibilidad en las manos. Y luego... pues luego simplemente nos acostumbramos a hacerlo y tenemos nuestros "momentos Second Cup" porque nos gustan. Así que ya conocéis una nueva faceta mía: desde estoy en Montreal tomo mucho chocolate caliente.  :-)

Lo segundo que quería comentaros. ¿Os habéis fijado en que mi taza lleva jersey? Pues en este caso es más que nada un adorno, porque es una taza para usar en casa, pero aquí en invierno la gente cuando va por la calle sí que le pone fundas de lana a las termos. Y no lo hacen para no quemarse las manos (que podría ser) sino para ayudar a conservar el café o el chocolate caliente un poquito más de tiempo. Es una ventaja del invierno aquí: si estás en la calle hay poco riesgo de quemarse con líquidos calientes.

¡Hasta otro día!


martes, 6 de diciembre de 2011

Movember

Por fin ha llegado diciembre, y con él la desaparición de los bigotes que muchos hombres y chicos se habían ido dejando durante el mes pasado. Y es que, después de pasar unos días alucinando por la cantidad de chicos y hombres a nuestro alrededor que habían decidido cambiar de imagen de repente, mi jefe nos explicó que noviembre es el mes de Movember. Y os preguntaréis, ¿pero qué es Movember? Pues  es un movimiento que surgió en Melbourne en 2003 y que anima a los hombres a dejarse bigote (moustache) durante el mes de noviembre (november) para llamar la atención sobre temas relacionados con la salud masculina, como el cáncer de próstata, de testículos, depresión masculina, etc. Además en unos pocos países Movember recoge donativos para apoyar proyectos relacionados con esos temas. Y buscando información para contárosla he descubierto otra cosa curiosa: que en ese pequeño número de países en los que el movimiento Movember se ha oficializado no sólo se encuentra Canadá, sino que también está España. Así que en lugar de alargarme más os dejo el enlace por si alguno queréis echarle un ojo y a lo mejor apoyarlo el próximo año: http://es.movember.com/ Eso sí, también tengo que deciros que este noviembre hemos comprobado que llevar sólo bigote es una opción estética arriesgada, sobre todo (aunque no únicamente) si rondas los 20 años y no te cierra la barba. Pero desde luego cumple el objetivo: llamar la atención sobre los hombres. Eso lo hace sin ningún tipo de duda.


domingo, 4 de diciembre de 2011

Apareció en mi ventana

Ya os lo había contado muchas veces: aquí las ardillas son temerarias y cotillas. Y para muestra, un botón. Esta mañana, cuando nos disponíamos a desayunar, una ardilla ha decidido aparecer en la ventana a observar muy interesada lo que pasaba en mi salón-cocina. No es la primera vez que ocurre, como vivo junto a un parque me visitan con cierta frecuencia. Lo especial de esta ocasión es que la ardilla no ha salido disparada según nos hemos acercado a la ventana sino que ha decidido posar tranquilamente para nosotras (me apunta mi editora de contenidos de hoy que en realidad ha venido corriendo a posar para nosotras y de hecho ha habido un momento en el que hemos tenido que cerrar la ventana porque se la veía con intenciones de invitarse a desayunar). Pero vamos a lo importante: aquí tenéis la pequeña muestra del book que le hemos hecho. Y sí, para ser una pequeña parte son bastantes fotos, pero es que no todos los días se encuentra una ardilla con alma de modelo, ¿no? Esperamos que las disfrutéis al menos tanto como nosotras nos hemos reído haciéndolas.
¡Besos!

(¡Gracias a Marta por la colaboración de hoy!)

lunes, 21 de noviembre de 2011

Cuestión de perspectiva

Hoy ha sido el primer día de este otoño en el que tanto la temperatura máxima como la mínima han estado bajo cero. Lo que me ha dado pie a pensar la capacidad que tenemos las personas de adaptarnos. Porque si yo hace algo más de un año desayunando hubiera visto en el canal del tiempo (de acuerdo, en ese entonces yo jamás habría desayunado mirando el tiempo... es otro sigo de adaptación a Montreal) una temperatura mínima prevista igual a la máxima de aquí hoy (es decir -2ºC) creo que mi cerebro habría entrado en un bucle infinito consistente en pensar: "Madre mía, qué frío, madre mía, qué frío..." Y, ¿qué ha pasado hoy? Pues que desayunando he visto que en la calle teníamos -6ºC, y lo único que he pensado ha sido: "Uy, hoy mejor me pongo un gorro". Y he cogido el gorro más flojo que tengo. El "qué frío" ni se me ha pasado por la cabeza. A lo mejor si esto sigue así la próxima primavera soy capaz de hacer como las canadienses autóctonas: según se quite la nieve, antes de que las temperaturas lleguen a 10ºC, empezaré a usar sandalias y las camisetas de tirantes... Vale, lo reconozco, en realidad no lo creo, mi capacidad de adaptación será grande pero hay límites que no voy a alcanzar.
¡Hasta la próxima!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Sobre Montreal, el Carbono 60 y los nanotubos de carbono

Una de las ventajas de ser física y haber decidido trabajar en un Departamento de Química y Bioquímica es la cantidad de cosas que aprendo todos los días. Y aunque la mayoría de las veces son cosas relacionadas con mi trabajo, también se aprenden cosas más, llamémoslo así, originales. Hoy os presento la que de momento me parece más curiosa: cómo hacer la estructura de la molécula de carbono 60 con cuentas de pulsera. La demostración la tenéis aquí debajo:


El C60 (o Buckyesfera), es una molécula compuesta por 60 átomos de carbono que se enlazan formando hexágonos y pentágonos para crear aproximadamente una esfera (es la misma forma de un balón de fútbol). Fue descubierta en 1985 junto con otras moléculas de carbono de formas cilíndricas o elipsoidales. A toda la familia se la conoce con el nombre de fullerenos y ahora mismo se las investiga intensamente por el gran número de aplicaciones que presentan en campos tan diferentes como la electrónica o la medicina (¿os suenan los nanotubos de carbono?)
Lo que no es tan conocido, y yo aprendí hace muy poquito, es que estas moléculas deben su nombre a uno de los edificios más característicos de Montreal, que podeis ver aquí abajo y al que también se conoce como Bucky Ball: la Biosfera del parque Jean Drapeau.


Aunque como os podéis imaginar, más que al edificio deben su nombre al arquitecto que lo diseñó: Richard Buckminster Fuller, alias "Bucky". Que por cierto, tuvo también una vida bastante interesante.
Pero sobre eso, la Bioesfera, y lo que hay dentro, hablaremos en próximas entradas.
¡Hasta la próxima!
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Hago un apéndice a la entrada por petición de una seguidora, que me pide que confiese el verdadero motivo de por qué me dedico a hacer moléculas de C60: ¿no os parecen unas decoraciones navideñas estupendas? A nosotras nos lo han parecido, así que estas Fiestas planeo tener en mi casa el Bucky-árbol navideño. Además es estupendo, porque es una actividad nueva para entretenernos cuando el frío no nos deje salir de casa. Ya os enseñaré qué tal queda :-)

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Un momento para la publicidad: el proyecto DACER

Hoy no escribo sobre Canadá sino para pediros un favor: una amiga mía y algunas compañeras están montando en Madrid un centro para el tratamiento del daño cerebral que empezará a funcionar muy pronto. Están moviéndose mucho para que el proyecto salga adelante y han participado en un concurso cuyo premio es una campaña publicitaria gratis. Sólo hay que pinchar en el link que está abajo y votar por DACER (sólo se puede un voto por ordenador pero si tenéis más de uno podéis repetir...) Y si podéis hacérselo llegar a vuestros amigos, conocidos… sería estupendo.
Para poner más fácil que se difunda, una amiga ha colgado esto mismo en Twitter con el hashtag #DACER, por si quereis retwittearlo y que así llegue a más gente.
¡Mil gracias por vuestra ayuda!
http://www.vallasconvida.com/valla_detalle.asp?m=3&f=42

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Finalmente la empresa de mi amiga ganó el concurso. ¡Mil gracias por haber contribuido a ello!

viernes, 23 de septiembre de 2011

Winter is coming... pero menos rápido de lo que parecía

"Winter is coming!"
Ese fue mi primer pensamiento hace una semana cuando salí a la calle para ir a trabajar y noté la temperatura exterior (sí, estoy leyendo Juego de Tronos y mi cerebro hace estas asociaciones con facilidad... yo soy así).  Y tengo que decir que era un pensamiento plenamente justificado, porque Montreal decidió recibirme regalándonos un día con una temperatura máxima de 8ºC. Una temperatura bastante fresquita, sobre todo si tenemos en cuenta que había dejado Madrid el día anterior rondando los 35ºC. Así que tocó pasar directamente de ir con sandalias a usar ropa de otoño (aclaro que lo que aquí considero ropa de otoño es lo que llevo en Madrid en pleno invierno). Y así estuvimos todos, mentalizados de que había que prepararse para el invierno. Con el consuelo, eso sí, de que antes tendríamos unas semanas de otoño, que aquí es tan espectacular que compensa el frío. Pero ha resultado que nos equivocamos: como el clima aquí es así de caprichoso dos días después se arrepintió y estamos teniendo unos días increíbles. Llevamos desde entonces con temperaturas máximas por encima de 20ºC. Hemos tenido algún día de lluvia (que me han vuelto a recordar una de las primeras entradas del blog, ¿os acordais de Montreal odia mi pelo?) pero en general hasta brilla el sol. Los parques poquito a poco se van vistiendo de otoño pero aún no han cambiado totalmente de color y nosotros seguimos organizando todos los planes posibles al aire libre para compensar esos meses en los que salir a la calle supone arriesgarte a perder la nariz por congelación. Es una ventaja de que el invierno sea duro, que aprendes a disfrutar muchísimo más el buen tiempo. Así que a la espera de que llegue el frío voy acumulando historias sobre Montreal y Canadá que os iré contando más adelante, porque estos días llego a casa pensando sólo en meterme en la cama. Es otra ventaja de que el invierno sea largo, que el ritmo de vida se ralentizará y me dará tiempo a contaros todo. Si es que al final todo tiene sus ventajas, ¿verdad? :-)
¡Besos y hasta pronto!

viernes, 22 de julio de 2011

Clima extremo

Aquí estamos, comprobando de primera mano que es cierto que en Montreal en verano hace calor. Y este año nos ha tocado a lo grande: estamos en estado de alarma. Ayer se superó la temperatura máxima registrada en Montreal: llegamos a 35.6ºC, que teniendo en cuenta la humedad que hay aquí equivale a unos 44ºC (Montreal Gazzete). Vamos, que nos derretimos, porque encima en el transporte público no hay aire acondicionado (afortunadamente en los edificios sí, sigo trabajando con sudadera para no morir de frío). No recuerdo haber estado nunca tan agobiada de calor, ni cuando en Madrid hemso tenido esas temperaturas. Menos mal que esto no suele ser así (el record de temperatura anterior era de 1955) y no va a durar mucho (nos queda sólo hoy y mañana), porque con esta combinación de calor y humedad se hace difícil moverse y no nos podemos encerrar en casa porque ¡tengo visitantes!

Pero la idea de la entrada de hoy no es sólo contaros a que estamos aquí achicharrados. Lo que verdaderamente me impresiona es que en febrero la sensación térmica puede alcanzar los -35ºC, lo que significa que en 5 meses la temperatura ha subido casi 80ºC. No está mal, ¿verdad?

¡Un beso y hasta pronto! (si no me acabo de derretir...)

lunes, 4 de julio de 2011

Una cita en las cataratas del Niágara

No sé si el título suena más a película de los años 50 o a película de Supermán aunque yo confieso que a mí me tira más lo de los años 50. El caso es que exactamente eso es lo que hice el pasado jueves, quedar con unos amigos para vernos en las cataratas del Niágara aprovechando que ellos estaban en Michigan y que las cataratas no quedan muy lejos de Montreal (en escala canadiense, claro está, en realidad están a unos 670 km). Y la verdad es que el plan estuvo tan bien como suena.

Las cataratas están en la frontera entre Canadá y EEUU, concretamente entre la provincia de Ontario y el estado de Nueva York. El pueblo donde están, Niagara Falls, está completamente tomado por el turismo, lleno de hoteles, restaurantes, casinos... un poco como uno se imagina Las Vegas pero a escala reducida. Y las cataratas están en pleno pueblo, lo que a mí me sorprendió al principio. Me imagino que uno tiende a asociar los stios de turismo natural a lugares apartados de la civilización. Pues en este caso no es así en absoluto. La otra sorpresa es que las cataratas no son especialmente altas, el agua cae desde poco más de 50 m de altura en el caso de la catarata canadiense, que es más alta que la estadounidense. Entonces ¿de qué viene su fama? Pues lo que tienen de especial es la cantidad de agua que vierten: unos 2000 metros cúbicos de agua cada segundo (una vez en casa he leido que el flujo lo regulan de forma artificial porque parte del agua del río se desvía para generar energía hidroeléctrica, intentando siempre que caiga más agua en las épocas de mayor afluencia de turistas). Ese es el tipo de cantidad que mi cerebro tiene problemas para concebir, aunque para hacerse una idea de la inmensidad que es sirve de ayuda el coger el barco que te acerca al pie de la catarata y enfrentarte a esa muralla de agua que cae. Pero creo que es mejor que me deje de palabras, y os enseñe fotos, aunque me temo que el único modo de hacerse una idea verdaderamente es ir y verlo. ¿Alguien se apunta? Yo, por mi parte, repito encantada.


viernes, 20 de mayo de 2011

Mapaches urbanos

Esta entrada va dedicada a todos los que al leer la ilusión que me hace ir por la calle y que se me cruce una ardilla (sí, varios meses después me sigue haciendo la misma ilusión...) me habeis dicho o habeis pensado: "pues no es para tanto, también hay ardillas en el Retiro, no hace falta irse a Montréal". Vale, lo acepto, ver una ardilla no es una cosa demasiado espectacular, pero decidme ahora, ¿a quién de vosotros volviendo a casa en Madrid se le ha cruzado un mapache? Pues aquí, desde que empezó el buen tiempo ya me ha pasado cuatro veces.
Tengo que decir que los mapaches parecen ser mucho más discretos que las ardillas, y para verlos hay que tener la suerte de que el sol esté cayendo y estar en una zona tranquila. Aún así Diana consiguió grabar a uno que se paseaba por el campus de Concordia un viernes cuando salíamos de trabajar. Me temo que el vídeo no se ve muy bien porque está grabado con una blackberry (es decir, no teníamos zoom) y el mapache estaba bastante concentrado en mantener las distancias. Aún así yo creo que más o menos se distingue. A ver si la próxima vez tengo más suerte, llevo la cámara encima y me da tiempo a sacarla antes de que el mapache huya. De momento tendréis que creerme: en la lista de animales que viven en la ciudad de Montreal están los mapaches.

viernes, 13 de mayo de 2011

Y de repente te despiertas un día... y es primavera

Y es que el cambio de estación aquí es así, de un día para otro, sin tiempos de transición. Y si ya me había llamado la atención con el invierno (pasamos de 10ºC a -10ºC y medio metro de nieve en 3 días)con la primavera ha sido aún más espectacular. No es que la primavera haya llegado, es que prácticamente ha explotado. En menos de una semana vuelve a estar todo verde y lleno de flores. Pensaréis que estoy exagerando pero os prometo que es así: te acuestas una noche y el árbol que ves por la ventana no tiene ninguna hoja, abres los ojos 8 horas más tarde y al árbol está totalmente verde. Eso tocó hace un par de días. Esta noche ha sido el turno de los dientes de león: ayer cuando nos fuimos de la universidad estaba todo el césped verde, hoy hemos salido a comer delante de la facultad y estaba todo cubierto de flores amarillas. Así, sin transiciones. Es tan rápido que parece que si estás en el lugar correcto en el momento oportuno vas a poder ver las hojas salir como quien ve salir un pollito del huevo. Nos hemos planteado dejar una cámara grabando una noche y poder ver cómo ocurre...

Además la gente de Montreal ha decidido esta semana arreglar los jardines y están todas las calles residenciales llenas de tulipanes y otras flores pequeñas y moradas que no sé qué son. Es precioso. La lástima es que me he dejado la cámara en casa y no he podido hacer fotos. Visto el camino de hoy a la universidad he decidido volver a hacer como en otoño y llevar siempre encima la cámara. Aunque igual tengo que esperar unos días para enseñaros las fotos, porque dice el servicio meteorológico que dentro de 12 minutos va a empezar a llover y va a estar así todo el fin de semana. ¿Será verdad? Otro día os lo cuento.

lunes, 9 de mayo de 2011

¡Por Montreal sobre ruedas!

Hoy por fin he estrenado mi bici nueva: una mountain bike plateada para chica (es decir, con la barra más baja para facilitar subir y bajar aunque no lleves pantalones). En realidad no es nueva, es de segunda mano, pero a mí me encanta. ¿El plan? Cuando el tiempo lo permita usarla para ir a trabajar y por supuesto para seguir conociendo la isla de Montreal, que tiene unos 450 km de vías ciclistas, sobre todo en las orillas del Río de San Lorenzo y del canal de Lachîne, que es un canal que une el Vieux Port con el lago St-Louis, que construyeron los colonos franceses en 1670 para salvar una zona de rápidos del Río San Lorenzo. Pero ese no es el tema de hoy, el tema es mi bicicleta, que aquí os presento:

Y ya de paso os presento también mi casco y mi cadena, que me he comprado para que la bicicleta y yo permanezcamos juntas el tiempo que me queda en Montréal (al parecer en cuanto te descuidas las bicicletas cambian de dueño).
Así que hoy por primera vez he ido en bicicleta a la universidad. La ida ha sido estupenda, en 20 minutos estaba allí porque es todo cuesta abajo. El regreso ha sido peor porque si la ida es toda cuesta abajo, la vuelta... es toda cuesta arriba. Así que cuando llevaba tres cuartas partes del camino mis piernas han dicho que ya bastaba de ejercicio y he llegado a casa caminando. Me imagino que poco a poco iré cogiendo fondo y se me hará menos duro, aunque no creo que llegue nunca a ser capaz de subir la cuesta de mi calle, que parece un puerto de montaña. Es lo que tiene haber decidido vivir en el Mont Royal.
¡Besos! 

sábado, 30 de abril de 2011

Nous sommes Canadiens!! (y II)

Visto que muchos me habéis preguntado qué pasó con el partido, hoy he decidido continuar la entrada del otro día.
Finalmente los Canadiens perdieron 3-4 en la prórroga, después de más de 3 horas de juego (el partido empezó a las 7 y terminó sobre las 10:15). Una pena, porque estaban jugando bien aunque no les acompañara el resultado (según me han dicho, yo aún no he visto tanto hockey como para poder opinar al respecto). Así que por esta temporada se acabó lo de salir a la calle y encontrarte a la mitad de la gente vestida de Canadien y los coches con las banderitas en el techo. A mí me gustaba, y me hacía gracia porque era imposible no enterarse de que había partido. Ahora habrá que esperar hasta octubre para volver a verlo. De momento me planteo comprarme la camiseta para estar preparada cuando empiece la temporada.
Además aprovecho para hacer una aclaración a los que me preguntabais si se paraliza de verdad el país. Fijaos que en la entrada  (Nous sommes Canadiens!)  hablo de la ciudad, no de Canadá en general. En primer lugar porque, a pesar del nombre, los Canadiens son el equipo de Montréal (el nombre completo es Montreal Canadiens o Canadiens de Montréal). De los 30 equipos que componen la NHL, 6 equipos son canadienses, 3 que juegan en la Conferencia Este y 3 en la Oeste (lo conté en la entrada Youppi! por si queréis refrescarlo):
Conferencia Este
Conferencia Oeste
(Mi nombre favorito es el del equipo de Toronto, los "Hojas de Arce")
Así que que jueguen los Canadiens no tiene por qué parar el país, sobre todo porque por ejemplo los Vancouver Canucks también jugaban los playoffs y sí que han pasado a la segunda ronda.
En segundo lugar, no me atrevo a generalizar lo que he visto en Montréal a todo Canadá porque, aunque sí que estoy segura de que el hockey es el deporte más seguido en todo el país, por lo que he leído y me han contado, en Montréal el hockey se vive con especial pasión (de hecho la NHL se fundó aquí). No lo he podido contrastar porque por el momento no conozco a nadie que haya vivido en las otras ciudades canadienses que tienen equipo de hockey, pero en cuanto me entere prometo contároslo. De momento lo dejaremos en que cuando juegan los Canadiens, Montréal se vuelca en el partido. De eso doy fe.

viernes, 29 de abril de 2011

La boda real

Me preguntábais algunos estas últimas semanas si aquí en Canadá estaba tan recurrente (por no decir tan pesada) la prensa con el tema de la boda de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton. Pues no sé completamente lo pesada que está en España (leo todos los días la prensa y veo que sale a diario en noticias destacadas, pero ni veo los telediarios ni escucho la radio así que no puedo hacerme una idea completa de la situación) pero aún así me atrevo a decir que creo que aquí el seguimiento es mayor. Y para demostraros que no es que yo tenga que ser siempre más (por una vez, y sin que sirva de precedente, no es así... ;-D) os pongo un ejemplo: lo que me he encontrado esta mañana al abrir la página de inicio de Google Canada.



(Al menos cuando yo lo he comprobado Google España mantenía la portada habitual, espero que no lo cambien y me dejen mal).
Y es que al fin y al cabo Canadá es una monarquía parlamentaria, con la Reina de Inglaterra como jefe del estado y, aunque al resto del mundo se nos olvide, aquí se les está casando el que puede ser dentro de unos años el máximo representante de Canadá. Así que sí, en Canadá la boda está por todos lados, aunque no sea día festivo como en el Reino Unido. Cosas de vivir en la Commonwealth.

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La otra reflexión al respecto de la boda es que aunque por fuera parezca una chica en realidad soy un tío. Sin duda, no hay otra explicación. O al menos lo soy según los estándares del ambiente en el que me muevo. TODAS mis compañeras de laboratorio han visto la boda en directo, a pesar de que ha sido por la mañana en Europa y que entre Canadá y el Reino Unido hay 5 horas de diferencia. Así que sí, a las 5 de la mañana estaban todas delante de la televisión (alguna incluso antes). Y no es cuestión de que sean canadienses y muy monárquicos, que recordad que en mi grupo desde que se fue Amélie no queda nadie nacido en Canadá. Así que no me queda más remedio que aceptarlo, soy un chicazo.

miércoles, 27 de abril de 2011

Nous sommes Canadiens!!

Hoy es un gran día, ya lo ha dicho Rafik nada más llegar por la mañana: "great day today, great day". Aunque en realidad lo que quería decir era "gran partido hoy, gran partido". Y no, no es que sea la semifinal de ida de la Champions entre el Madrid y el Barça. Porque estamos en Canadá y aquí las cosas son distintas... ¿¿¿a quién le importa la Champions existiendo la NHL??? Aquí es el hockey lo que mueve el mundo y resulta que ayer el equipo de Montreal, los Canadiens, forzaron el 7º partido de la primera ronda de los playoff contra los Bruins de Boston. Y la gente no las tenía todas consigo porque la eliminatoria empezó muy bien para los Canadiens que ganaron los dos primeros partidos para luego perder los 3 siguientes. Pero ayer la eliminatoria volvió a ponerse 3-3 así que el que pierda hoy se va a casa. ¿Qué pasará? Por de pronto que esta tarde-noche la ciudad va a paralizarse. Por ejemplo, ¿quieres pedir comida a domicilio? Pues decídelo pronto, porque durante el hockey los restaurantes interrumpen el reparto. Y si vas a un restaurante que tenga puesto el hockey no esperes que nadie te atienda mientras el partido esté en juego. Eso por no hablar de los autobuses, en los que cambian el cartel de destino del autobús por mensajes de Go Canadiens!
Yo pensaba que en España el fútbol levantaba pasiones... hasta que vine aquí y ví esto.

sábado, 26 de marzo de 2011

Despidiendo al invierno

(Entrega especial desde el aeropuerto de Montréal)
Esta vez parece que la vuelta a Madrid va a ser mucho más aburrida que la anterior y que voy a conseguir volar al primer intento hacia, como dicen mis compañeros de trabajo, un país cálido. Dejo Montréal de nuevo en temperaturas negativas (sensación térmica -8ºC) y, con un poco de suerte, cuando regrese habrá llegado la primavera. Digo con un poco de suerte porque me consta que el año pasado la última gran nevada cayó el 1 de mayo. A pesar de ello, en un arranque de optimismo, esta mañana además de hacer la maleta he lavado la ropa de abrigo y las botas para guardarlos hasta el próximo invierno. ¿Habré hecho bien o habrá sido una pérdida de tiempo? La respuesta a la vuelta.

Además de volver antes de tiempo a las temperaturas positivas, parece que también voy a perderme la época más fea de la ciudad. A pesar de las nevadas de los últimos días casi no queda nieve por las calles y jardines y todo tiene un aspecto bastante muerto. Los árboles siguen sin hojas (aún hace frío para que brote nada) y la hierba y las plantas bajas, después de meses sepultadas por la nieve, se han secado o han perdido el color verde. También se notan los efectos del frío en aceras y calzadas, que están cuarteadas en muchas partes. Incluso la gente acusa que llevan muchos meses de invierno, y se les ve más cansados y tristes de lo normal, esperando una primavera que se anuncia pero no acaba de llegar. Así que la frase que más he oído estos días ha sido: "qué suerte, vuelas al buen tiempo". Lo mismo le dicen a Nicoleta y Fiore, que me siguen dentro de unos días. Y, ¿sabéis una cosa? Que tienen razón. Da igual la temperatura que haga estos días en España, que esté nublado o diluviando: ¡para nosotros va a hacer bueno! Vivir en Canadá está lleno de ventajas :-)
¡Hasta dentro de 13 horas!

jueves, 24 de marzo de 2011

Inmigrantes en Canadá

Ayer asesinaron en Bogotá a una tía de Diana. Intentaban robarle el coche y por un motivo que no saben, ni llegarán a saber nunca, acabaron disparándole. Y Diana se pasó el día llorando, en parte por la pena de la pérdida, y por no poder estar junto a su familia para pasar unidos estos momentos. Pero sobre todo lloraba de indignación, de frustración y de rabia. Porque aunque es la primera vez que a ella le toca vivir algo así de manera tan cercana, y aunque no esperaba la noticia, cuando empezaron a contárselo apenas se sorprendió. Y no se sorprendió porque sabe que eso que le ha pasado es parte del día a día en Bogotá, en Colombia y en muchas otras partes de América. Y lloraba porque estaba enfadada y no tenía contra quién, porque sabe que jamás cogerán a los que han hecho esto, y que probablemente ni siquiera los buscarán en serio. Y con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar me decía: "¿Y sabes qué es lo peor? Pensar que esto va a ser siempre así, Emma. Colombia no va a cambiar. Quien intenta cambiarlo acaba como mi tía."

También ayer fue el último día de Amélie en la universidad, así que en estos momentos ninguno de los componentes del grupo hemos nacido en Canadá. Algunos llegaron aquí hace muchos años huyendo del hambre y de la pobreza. Otros buscando tener la libertad de decidir sobre su vida; cosas tan sencillas como poder tener el número de hijos que desean, y no los que dicta su gobierno. Otros que llegaron aquí solos con 18 años a estudiar para que sus padres algún día puedan venir y disfrutar de esa libertad a la que aspiran. También hay quien vino porque en su país alguien decidió que ser mujer, estudiar una carrera universitaria y ejercer una profesión acorde con ella no son cosas compatibles. Quien está aquí para tener un sueldo de acuerdo con su formación, porque para investigar en su país hay que buscar una segundo empleo que te permita llegar a fin de mes. O quien quiere vivir con la seguridad de que pasear un coche nuevo por la ciudad no implica acortar tu esperanza de vida. Y por último estamos unos pocos privilegiados que estamos aquí de paso, para tener una experiencia más, pero que los privilegios y el futuro que el resto viene buscando nosotros los tenemos desde siempre y muchas veces ni siquiera los valoramos. La única diferencia entre unos y otros es el país en el que nos tocó nacer. Y eso ni ellos ni yo hemos hecho nada para merecerlo.
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Incluyo sólo una aclaración final... aunque pueda parecerlo no me he tomado ninguna licencia poética, todo lo que he mencionado son de verdad las historias de la gente con la que trato directamente día a día.

lunes, 21 de marzo de 2011

Primavera

Hoy ha comenzado la primavera y aquí la hemos recibido... nevando. Pero con una nevada de las de verdad, de las que cubren las calles y hacen que tengan que salir las quitanieves. Y Rafik, visto como estaba el tiempo, se ha pasado la mañana cantando villancicos y diciendo que habíamos cambiado de estación al revés, que habíamos vuelto a la Navidad. A mí no me importa, me sigue encantando ver nevar (¿se me pasará algún día? ¿o será cuestión de que en 5 días estoy en Madrid de nuevo?) y hoy caían copos muy grandes, y muy despacito. Podría pasarme horas mirando por la ventana. Además con el deshielo de los últimos días había quedado al descubierto la nieve más antigua, que a estas alturas ya está negra y con la nieve que ha caido hoy la ciudad vuelve a parecer una postal. Y sobre todo hay una diferencia clara con diciembre: las temperaturas siguen rondando los 0ºC y es muy agradable pasear bajo la nevada.
Así que cambiamos de estación pero en el tiempo se ha notado poco... casi igual que en España, ¿verdad?
¡Besos!

martes, 15 de marzo de 2011

Ardillas

Hay una ardilla en el vecindario que ha tomado la costumbre de asomarse a mi ventana mientras desayuno. Desde hace 3 días siempre hace el mismo ritual: salta desde uno de los árboles de al lado, se queda durante un minuto en el alféizar, después salta a la valla del parque y por ahí se queda rondando hasta que pasa alguien y se se aleja. Y me hacía tanta gracia que hoy he preparado la cámara para grabarla. Pero la ardilla en cuestión debe ser tímida y justo hoy no se ha presentado. Así que como no os la puedo enseñar me limito a contároslo.

El caso es que esto demuestra que no soy la única que piensa que se acerca el buen tiempo: desde que os dije que vuelve a hacer calor vuelven a verse ardillas por las calles. Que es una de las cosas de Montréal que me sigue haciendo ilusión a pesar de que aquí no es nada raro. Sin necesidad de estar en un parque se te puede cruzar una ardilla. Y a mí me pasa como con la nieve, cada vez que lo veo me pongo contenta. Estos días más porque con el frío las ardillas habían desaparecido y volver a verlas es más sorprendente. Eso sí, se nota que han vivido el invierno porque las que van apareciendo están delgaditas delgaditas y no paran de correr buscando comida. No sé qué éxito tendrán porque el suelo sigue cubierto de nieve. El caso es que poquito a poco el paisaje de la ciudad va cambiando. Yo os seguiré informando.

¡Besos!

domingo, 13 de marzo de 2011

Cine de Québec: INCENDIES

Ayer hice mi primer acercamiento al cine canadiense así que hoy... hablemos de cine. Aunque es difícil hablar de cine canadiense en general porque al cine le pasa lo que a la mayoría de las cosas relacionadas con la cultura: hay una diferenciación clara entre la zona de habla francesa y la zona de habla inglesa. Y no sólo por el idioma en el que se ruedan las películas. La zona de habla inglesa es culturalmente muy cercana a Estados Unidos, así que el cine que producen tiende a tener estilo de las películas de Hollywood. En la zona francesa, que es más reducida que la inglesa tanto en superficie como en número de habitantes (el 13% de la población sólo habla francés y el 18% inglés y francés), mantienen un estilo más independiente. Sin embargo, las películas de Québec suelen tener muchos más espectadores que las inglesas, a pesar de que aquí el cine no lo doblan, como mucho lo subtitulan. El motivo es que los habitantes de Québec tienen muy interiorizada su condición de minoría cultural e intentan mantener esa identidad propia. Consecuencia: en Québec la gente ve las películas que se producen aquí mientras que en el resto del país se consume principalmente cine estadounidense.

La película que vimos (Incendies) es una película de Québec que ha representado este año a Canadá en los Oscars como candidata a mejor película en lengua no inglesa. Trata de dos hermanos mellizos cuya madre, inmigrante árabe en Canadá, deja dos sobres cerrados al morir, y un encargo para cada uno de sus hijos: a la chica encontrar a su padre y darle el sobre correspondiente, y al chico encontrar a su hermano y darle el otro sobre. Lo especial del encargo es que hasta dónde ellos saben su padre murió en la guerra en Oriente Medio antes de que la madre emigrara y nunca han tenido noticias de un tercer hermano. Así que el chico decide que su madre había perdido la cabeza e ignorar el encargo pero la chica parte al país de origen de su madre en busca de su padre, y en seguida descubre que en realidad no sabía quién era su madre.

La película es muy recomendable. La historia es dura, pero está muy bien contada y te atrapa en seguida. Los actores trabajan muy bien. Y todo el conjunto, la atmósfera que tiene, te deja sobrecogido pero no mal cuerpo. A mí me ha encantado así que me atrevo a decir que si tenéis oportunidad no dejéis de verla. Me imagino que en estos momentos estaréis pensado: "¿Cómo pretende Emma que nos apañemos para ver una película canadiense?" Pues los que no estáis fuera no sé si podréis (de forma legal), pero resulta que en España la han estrenado este fin de semana y en Madrid puede verse tanto en versión original como doblada al español. Os pongo el trailer por si os ayuda a animaros porque de verdad merece la pena.Ya me contaréis si alguno la ve.
¡Besos!

jueves, 10 de marzo de 2011

Ice Age: ¡comienza el deshielo!

Como el tiempo aquí varía a la velocidad de la luz (me refiero al tiempo atmosférico), el problema que os contaba ayer se ha resuelto solo y mucho antes de lo previsto. Ayer sobre las 8 empezó a nevar, y hoy al levantarnos continuaba, y mi ventana seguía bloqueada así que ha tocado desayunar pasando frío. Pero sobre las 10 de la mañana la temperatura ha empezado a subir, la tormenta de nieve se ha convertido en lluvia y hemos estado casi todo el día a una temperatura buenísima, casi 6ºC, ¡fuera gorro, bufanda y guantes! También la ciudad se ha transformado: con el calor se ha fundido toda la nieve recién caída y ha empezado a hacerlo la que estaba acumulada, así que ahora básicamente las calles son ríos. No es que sea una inundación, pero todo está lleno de agua, aceras y calzada, y hay muchas partes en las que hay que andar con el agua hasta los tobillos. Pero como decía Diana, qué más da mojarnos mientras continúe haciendo calor. Eso sí, visto que hoy se ha fundido una mínima parte de la nieve acumulada barajo seriamente la posibilidad de comprarme unas botas de agua para cuando llegue el deshielo de verdad. Y es que estas temperaturas son una cosa rara, después del fin de semana volveremos a rondar los -10ºC habituales. Aunque antes podemos disfrutar del calor un par de días, y por de pronto yo puedo nuevamente abrir mi ventana. Que por cierto, ¡gracias a todos por las sugerencias!
¡Besos menos fríos!

miércoles, 9 de marzo de 2011

Efectos colaterales del frío (parte I)

Voy a compartir con vosotros mi último problema doméstico: no puedo ventilar mi habitación ¡Se me ha congelado la ventana! Bueno, seamos exactos, la ventana no se ha congelado, lo que se ha congelado es la nieve que se había acumulado en el alféizar, que ahora es un bloque de hielo que va de lado a lado. Y que tiene 10 centímetros de espesor, así que la ventana no hay quien la mueva, y el bloque no hay quien lo quite. En fin, que me toca esperar a que las temperaturas suban lo suficiente como para que el hielo empiece a fundirse y mientras tanto tendré que ventilar a través de la ventana del salón (voy a morir de frío mientras desayuno...). Si se os ocurre una solución estoy abierta a sugerencias.
¡Besos!

lunes, 7 de marzo de 2011

Salto a la fama...

... aunque ha sido un salto pequeñito. Hoy ha aparecido esto en la página web del departamento:
Como os imaginareis ha sido ocurrencia de mi jefe, que, según me ha dicho, considera que ahora que ya estoy legalmente en Canadá era hora de que dejara de ser la postdoc secreta, al menos en el departamento. ¿Qué será lo próximo?
Seguiremos informando...

sábado, 5 de marzo de 2011

Montañas de sal

¡Llueve! Desde que me he levantado hasta ahora mismo no ha parado. Y la verdad es que muy pocas veces me ha hecho tanta ilusión que lo hiciera. ¿Las razones? Pues fundamentalmente dos: la primera que caía agua de verdad, y no lo que llaman aquí "lluvia helada", lo que quiere decir que estamos claramente por encima de 0ºC, y la segunda, que el agua ha arrastrado gran parte de la sal que cubría las calles. Lo primero me imagino que entendéis todos por que me alegra, aunque la alegría nos va a durar poco, para el martes volveremos a estar a nuestros ahbitauales -10ºC. Pero mientras tanto se agradece poder salir a la calle sin necesidad de disfrazarse de esquimal. Lo segundo os lo explico ahora.

Hace unos meses salió en las noticias que en los países nórdicos no echaban sal en invierno por el impacto medioambiental que tenía y a raíz de eso me habéis preguntado muchos si eso era cierto. Pues en otros países no lo sé, pero en Canadá os puedo asegurar que sí echan sal, y mucha. En las aceras no se nota tanto, pero las calzadas están literalmente cubiertas de sal, hasta el punto de que se ven blancas. Y no me refiero a que tienen un color un poco más claro de lo habitual. Cuando digo que la calzada está blanca quiero decir que en muchas partes no se distinguen las líneas de pintura, porque el asfalto tiene el mismo color.

Y aunque es una cosa imprescindible para que la ciudad no se paralice durante el invierno, también conlleva problemas: es imposible andar por la ciudad sin acabar lleno de sal, casi hasta las rodillas. Y la sal que coges la vas extendiendo allí por donde pasas así que la ciudad tiende a estar muy sucia, independientemente de las veces que limpien. Pero el mayor problema no es que se vea sucio, sino que la sal va estropeando la superficie en la que se deposita. Por eso en muchos sitios cuando llega el invierno cubren las zonas de paso frecuente con moquetas (que a estas alturas del año ya están destrozadas por la sal). Pero como esto no suele ser suficiente en muchos sitios además indican que está prohibido entrar con calzado que se haya usado en la calle. Y una de dos, o llevas calzado de repuesto contigo y te cambias (hay mucha gente que lo hace) o dejas las botas en la entrada y andas descalzo (que es lo que hace la mayoría de la gente, yo incluida). Moraleja de la historia: en Canadá en invierno asegúrate de llevar calcetines bonitos.

¡Besos!

jueves, 3 de marzo de 2011

Aquí trabajo

Estamos de actualización. Después de las idas y venidas de gente de los últimos meses el Prof. Capobianco ha decidido que había que actualizar la página web así que se dedica a asaltar a Rafik cada vez que se le ocurre una idea de nuevos contenidos. La última ha sido que había que incluír una foto individual de cada persona del grupo, así que el martes le tocó a Rafik traer la cámara y hacernos sesión fotográfica. Hoy nos han colgado, así que os pongo el enlace para que terminéis de poner cara a la gente y a los temas en los que trabajamos:


Estamos expectantes a ver cuál es la próxima ocurrencia.... todos menos Rafik, que está cansado de los arranques de creatividad del jefe porque siempre se traducen en marrones para él.

¡Besos y hasta mañana!

martes, 1 de marzo de 2011

Pistas deslizantes

Respuesta a la pregunta del último día: efectivamente los carriles son rampas para trineos, completamente hechas con bloques de hielo. Y lo que se ve al fondo son colchonetas para frenar la caída.


La chica que se ve en la foto es Amélie. Yo, después de ver la velocidad con la llegaba la gente a la colchoneta, a uno caerse del trineo, a otro darse un golpe en la cabeza contra los bordes de la pista y a un tercero quemarse el brazo con el hielo, decidí que mis padres y el ministerio de educación habían invertido mucho esfuerzo y dinero en mí como para ponerme en riesgo de esa manera (tengo que decir que Diana opinó como yo sobre ella y el gobierno colombiano). Además para experimentar lo de deslizarse bastaba con caminar hoy por la ciudad. Aunque ayer estuvo toda la mañana nevando, hizo muy buena temperatura (¡a mediodía rondamos 1ºC sobre cero!) así que toda la nieve de las aceras empezó a derretirse, pero no desapareció del todo porque en cuanto se fue el sol volvimos a ponernos bajo cero. ¿El resultado? Que todo el agua de las aceras se ha congelado y las ha transformado en pistas de patinaje involuntario. Esperemos que el ayuntamiento sea eficiente y las limpie pronto... y si no, tocará seguir andando despacito y patinando de vez en cuando. La verdad es que visto lo visto casi prefiero las temperaturas negativas.
¡Besos!

domingo, 27 de febrero de 2011

Montreal en lumiére

Ya lo dije en la entrada del viernes y hoy me reafirmo: los canadienses son gente dura. Porque la Noche en Blanco en Montreal tiene al menos una cosa en común con la de Madrid: que hay mucha gente, y que hay que pasar mucho tiempo en la calle, bien sea haciendo cola o esperando a que empiecen los espectáculos. Y os puedo asegurar que hacer cola a -16ºC y estando a pie firme sobre la nieve es una experiencia que marca. Al principio los pies te duelen, hasta que llegado un momento dejas de sentirlos. Algo parecido pasa con el labio superior que se va quedando frío y al final no puedes moverlo (no sabéis qué sensación tan rara es intentar decir algo y ver que no eres capaz de hablar normal...). Afortunadamente los canadienses son duros pero no inmunes a la hipotermia, así que además de los espectáculos hay hogueras, y zonas con estufas donde recuperar la sensibilidad y poder aguantar la noche. Pero la verdad es que a pesar del frío la experiencia mereció la pena, tanto que fuimos capaces de aguantar al aire libre desde las 4 de la tarde hasta las 11 de la noche, con sólo una incursión a una cafetería para tomar un chocolate caliente y otra para cenar (visitas a las hogueras y a las estufas hubo alguna que otra más...). Y el resto del tiempo nos dedicamos a disfrutar del viejo Montreal vestido de invierno e iluminado, de la música y de los fuegos artificiales, porque el plato fuerte de la Noche en Blanco de aquí es lo que se conoce como el Festival Montreal en Lumiere. Las fotos no son muy buenas, pero seguro que os ayudan a entender mejor que las palabras como es posible pasar  tanto tiempo al aire libre a esas temperaturas. ¡Premio al que adivine qué es lo que sale en la primera foto!
¡Besos!












viernes, 25 de febrero de 2011

Noche en blanco

Hoy empiezo la entrada con una aclaración para los que me habéis preguntado el motivo de que ayer no hubiera entrada. La razón es simple: el cambio de hora me tenía muerta. Rafik y yo nos pasamos el día haciendo campeonato de bostezos (él no tiene jet-lag, pero sí un bebé de 4 meses que esta semana ha decidido no dormir) y por la tarde al salir de trabajar nos fuimos Diana, Amélie y yo al cine, porque Amélie había tenido un día duro y necesitaba desconectar. Y al cine sobreviví pero volviendo casi me duermo en el metro así que según llegué a casa me metí en la cama. Eso sí, a las 6 de la mañana estaba en la cama espabilada como si hubiera dormido 12 horas seguidas. Así que he llegado prontísimo a la universidad, y me la he encontrado cerrada. Pero no por la hora, sino porque hoy era el día del Rector y al no haber clases sólo abren la puerta más cercana al puesto de seguridad (como me ha explicado el vigilante que me ha encontrado buscando por donde entrar). Y por lo demás ha sido un día normal, porque como la calefacción sí la ponían (en Navidad la cortan) en el laboratorio hemos ido a trabajar todos.

Aprovecho también para contaros que mañana es muy probable que tampoco haya entrada. Resulta que es la Noche en Blanco y vamos a ir Amélie, Diana, yo y unos amigos colombianos de Diana a ver los espectáculos de la zona del Vieux Montréal. Me imagino que estaréis teniendo el mismo pensamiento que tuve yo: los montrealenses son gente recia, porque anda que no hay noches en el año como para que la Noche en Blanco tenga que ser cuando las temperaturas rondan los -15ºC. Y no creáis que es que las actividades son en recintos cerrados. El plato fuerte de la noche son los espectáculos de luz que son todos al aire libre. Así que nuestro plan es primero pasear (en mi caso, cámara en mano) viendo la ciudad iluminada y después ir al Ayuntamiento, donde dan clases gratis de salsa y tango. Yo dependiendo de cómo ande de sueño es muy posible que sólo me quede a los espectáculos de luz. Pero eso os lo contaré el domingo, que el sueño ataca de nuevo.
¡Besos y hasta entonces!

miércoles, 23 de febrero de 2011

El día de la burocracia

Hoy voy a ser también breve porque estoy acusando de nuevo lo del cambio de hora y además me he dedicado fundamentalmente a la burocracia y con un éxito del 50%. ¿Y eso qué quiere decir? Pues que he conseguido hacerme con un número de la Seguridad Social canadiense y entregar los papeles para que la Universidad me registre como postdoc pero no he conseguido la Tarjeta Sanitaria de Québec, ni la Tarjeta de Concordia. La primera porque mi permiso de trabajo tiene una duración inferior a 6 meses, así que en cuanto lo renueve tengo que volver a ir y me la darán y la segunda porque la persona que se encarga de los postdocs estaba reunida así que me registrará mañana. Pero no me quejo, porque en todas partes han sido muy eficientes y muy amables, sobre todo consiguiendo el número de la Seguridad Social, donde me ha tocado que me atendiera un chico de Guatemala al que le ha hecho mucha ilusión yo viniera de la "madre patria". Aunque esta vez me ha atendido en inglés porque según me ha contado en los organismos públicos tienen obligación de sólo usar inglés o francés, y si le pillaba el jefe hablando en español podía sancionarle. No sé si es que yo tengo mucha suerte, y doy con todos, o que verdaderamente Montréal está lleno de hispano-americanos.
Por la tarde he podido trabajar por fin y luego ir a yoga, que después del parón de dos meses me ha dejado molida.
¡Hasta mañana!

martes, 22 de febrero de 2011

El retorno

Ayer prometí contar el viaje cuando mi cerebro volviera a su ser y como hoy parece que lo ha hecho ahí va el informe. El viaje fue increíblemente bien, sin ningún momento de tensión, y sin tener que correr, a pesar de que en Zürich sólo tenía 50 minutos para cambiar de avión y tenía que ir desde la terminal A a la E, que son las más alejadas y pasando el control de pasaportes. Pero el aeropuerto está montado de tal manera que apenas hay que hacer colas así que llegué al avión sin ningún tipo de problema. Anécdota del segundo vuelo: mientras esperábamos a despegar el comandante fue pasándose por el avión a dar el mensaje de bienvenida en persona, y a contarnos que íbamos a tardar unos minutos más en empezar el viaje porque estaban quitando los restos de nieve de las alas del avión pero que a pesar del pequeño retraso en la salida aterrizaríamos en Montréal a la hora prevista "como hacemos siempre" (dijo literalmente, lo que suena un poco prepotente). Pero efectivamente llegamos muy puntuales, el servicio fue muy bueno, dieron chocolate y queso... todo muy suizo. Así que según mi experiencia es altamente recomendable volar con Swiss Air y evitar la KLM.

En el aeropuerto, después de pasar dos controles de pasaportes (uno justo a la salida del avión), me tocó pasar por inmigración para hacerme con mi permiso de trabajo. Conseguirlo básicamente consistió en coger número y esperar a que me llamaran, enseñar la carta que me habían mandado y que me imprimieran un papel que está ahora grapado en mi pasaporte. En total unos tres cuartos de hora. Curiosamente el Gobierno Canadiense ha decidido que de profesión soy química... porque por algún misterioso motivo en el sistema no existe la opción de marcar que eres física. Además mi permiso expira el 18 de julio porque mi pasaporte caduca el 19 de ese mes. Así que en cuanto renueve el pasaporte tengo que pedir la renovación, sólo que esta vez puedo hacerlo sin salir de Canadá. Y además tengo que llamar a inmigración porque el permiso tiene una nota indicando que debo abandonar el país a más tardar el 18 de julio y que el documento no permite la reentrada (tengo que asegurarme de que eso quiere decir que no permite la reentrada más allá del 18 de julio... porque en abril tengo que estar en España, que ya me han aceptado para dar una presentación oral en un congreso en Bilbao). En fin, que como dice Dani (uno de mis directores de tesis), parece que mi destino es vivir sepultada por la burocracia.

Una vez con el permiso de trabajo en mis manos recogí mis maletas, que me esperaban bien colocaditas junto a la cinta de equipajes (otro punto positivo para la Swiss), pasé el control de equipajes y cogí un taxi a casa. Y la tarde dió poco de sí, porque me empezó a entrar mucho sueño y después de colocar un poquillo las cosas y cenar me fui a dormir hacia las 9 de la noche de aquí. Pero ha estado bastante bien porque me he despertado sobre las 5, lo que quiere decir que he dormido 8 horas del tirón.

Hoy la primera misión del día ha sido informar a mi casero de que había llegado y a continuación ir a abrir una cuenta bancaria. Lo del banco ha resultado todo muy fácil porque me ha tocado que me atendiera un empleado chileno, así que todo lo hemos hablado en español. Luego a esperar el autobús y a la universidad, ver a mis compañeros y a mi jefe, que han sido muy cariñosos recibiéndome, y el resto del día dedicarme a preparar papeles para que la Universidad me de de alta como postdoc. Todo el día excepto un rato en el que les he enseñado que hay que apretar un poco los polvorones para comérselos y he intentado que dijeran Pamplona. En plena operación polvorón ha aparecido el Dr. Capobianco con Fiore y ha opinado que estábamos de fiesta... aunque no le ha debido de parecer muy mal, porque enseguida se ha unido a nosotros. Y luego vuelta a los papeles. Pero no os penséis que los he podido dejar terminados... mi plan de mañana es ir a llevar los documentos firmados por el Dr. Capobianco al campus del centro, conseguir un carnet de Concordia donde diga que soy Postdoc, hacerme la cuenta de correo institucional, pedir la tarjeta médica de Québec, y pedir un número de la Seguridad Social de Canadá. ¿Podré trabajar algo? Mañana os cuento.
¡Besos!

lunes, 21 de febrero de 2011

De vuelta en Montréal

Reabro el blog después del parón navideño, que al final se ha prolongado mucho más de lo esperado. Pero esta primera entrada va a ser muy breve: simplemente para dar señales de vida y que veáis que he llegado bien. Y es que en estos momentos me muero de sueño y no soy capaz de contar nada ocurrente, ni divertido, y sospecho que ni siquiera coherente. Así que mañana cuando mi cerebro vuelva a ponerse en funcionamiento contaré las cosas del viaje y de la reinstalación en Montréal. Hoy sólo puedo pensar en dormir...
¡Hasta mañana!