Pensaba que hoy iba a poder poneros un reportaje fotográfico sobre Halloween pero ha resultado que se nota en los barrios residenciales así que no ha podido ser... ¡desventajas de vivir rodeada de hoteles y oficinas!
Sí que os puedo contar que aquí Halloween lo celebran como se ve en las películas... y que lo empiezan a preparar con muuuuuuucho tiempo. Según pasó el día de Acción de Gracias (segundo lunes de octubre), los escaparates empezaron a llenarse de murciélagos, brujas, calabazas... ¡sobre todo calabazas! Todas las tiendas de alimentación han tenido cerca de la entrada una zona con calabazas gigantescas. Me he quedado con las ganas de comprar una, pero siendo sola y con el tamaño que tenían, iba a estar comiendo calabaza hasta diciembre.
También decoran, y mucho, las casas. En mis paseos en busca de apartamento me he encontrado jardines de todo tipo: con cementerios, telas de araña, esqueletos, velas... la verdad es que he estado muy torpe no llevándome la cámara, porque había algunos muy curiosos. Y lo que más me ha sorprendido es que Halloween llegara a la universidad... ¡la mayoría de los profesores decoran también el despacho! ¿Os imagináis yendo a ver a un profesor y tener que apartar una tela de araña para entrar al despacho? ¿O quitando una calabaza para poder sentarte en una silla? La secretaría de mi departamento fue invadida por una araña de peluche de medio metro de diámetro (incluyendo las patas) y por una bruja que se reía cada vez que había algún ruido (la bruja duró encendida menos de un día, para alivio de los que trabajaban cerca). El martes las secretarias repartieron caramelos a los profesores y mi jefe los compartió con nosotros en la reunión de grupo.
Y lo más curioso fue el viernes, con "excursiones" de niños disfrazados por la universidad pidiendo caramelos (a los laboratorios no entraron, una pena) y parte del personal de administración también disfrazado. Lo que no hacen es ceñirse al tema de "terror"... al menos en el sentido estándar, porque ir a la cafetería y que te atienda una mujer con un pollo asado en la cabeza un poquito de miedo sí que da. La mayoría de la gente optó por cosas más discretas: diademas con cuernos, con orejas de ratón, gorros de fiesta...
Y mañana vuelta a la normalidad y a trabajar, porque aquí Todos los Santos no se celebra.
¡Hasta mañana!