Ayer cuando terminó la clase de yoga no estaba nada cansada pero hoy...¡no os imagináis las agujetas que tengo! Casi no podía salir de la cama. Encima mi reloj-despertador se ha quedado sin pilas, con lo que me he levantado con el tiempo muy justo y he tenido que hacerlo todo corriendo (¡y dolorida!). Así que conclusión: o yo estaba increíblemente atrofiada, o con el yoga se hace ejercicio de verdad aunque no sudes ni un poco.
Y una vez terminado el momento de quejas, os cuento que hoy Amélie, Diana y yo nos hemos ido a un centro comercial a mirar guantes para Diana (es decir, ¡ya he estado en un mall!) y después de supper de chicas (o souper, si nos ponemos franceses). Si lo tradujera literalmente debería decir que nos hemos ido de cena de chicas. ¿Por qué me resisto a traducirlo? Pues porque para mí el concepto "cena" empieza a partir de las 8 de la tarde, pero lo que aquí llaman supper, o souper, se toma sobre las 5. Así que ahí estaba yo tomándome una hamburguesa de pollo y un plato gigante de patatas fritas a una hora a la que mi cuerpo pide tomar algo dulce (en caso de pedir algo, que mi hora de merendar solía ser más tarde). Pero bueno, la verdad es que ha estado bien, hemos charlado (a ratos en inglés, a ratos en español y a ratos en francés) y nos hemos reído. A las 6:30 ya estaba de vuelta a casa.
El caso es que yo jamás he tenido problemas para adaptarme a la hora de la comida de mediodía de otros lugares. ¿Que hay que comer un plato de carne, ensalada y postre a las 12:30? (esto era en Osnabrück) Pues se come. ¿Que tiene que ser un plato de pasta? (en Verona) Pues lo mismo. ¿O tomar un sandwich sobre las 12 y aguantar con eso la tarde? (en Melbourne) Tampoco hay problema. El truco estaba en merendar algo al llegar a casa y cenar un poquito antes de lo que lo hacía en España. Aquí el horario de comidas que hago es algo así: desayuno sobre las 7; como sobre las 12 un sandwich o algo ligero que llevo de casa, (porque no se hace una verdadera parada para comer, comemos en el despacho y seguimos trabajando); sobre las 6 meriendo; y ceno algo más contundente sobre las 8:30. Y lo llevo muy bien, ni siento más hambre de la habitual ni tengo la sensación de estar comiendo a deshora.
¿Pero qué pasa cuando hago el "supper"? Pues que no siento necesidad de comer en lo que queda de día. Y eso podría ser bueno, si no fuera porque la necesidad de comer me entra en plena noche. Y voy teniendo cada vez más hambre y me acabo despertando antes de la cuenta (cuando ya no puedo más) y con ganas de pegarle un mordisco al primero que se me ponga por delante (afortunadamente aquí vivo sola). Y eso a pesar de que, como ya me lo conozco, me obligo a tomar algo antes de ir a dormir. La duda es ¿conseguiré adaptarme al supper en estos dos años? Porque lo de hacer la última comida del día a las 5 de la tarde es un concepto que me falla por todos lados.
Ya os lo contaré. De momento a ver como me levanto mañana, si dolorida y hambrienta o sólo hambrienta. =)
¡Muchos besos!
Ya te decía yo que echaba en falta una entrada sobre las comidas, y espero que no pases demasiada hambre. Yo seguro que aunque hiciera el supper este luego cenaba algo a la hora normal, ¡yo me resisto a cambiar las costumbres españolas!
ResponderEliminarAhora quiero una entrada sobre lo que comen, que puede ser muy distinto a lo que comemos nosotros, y me parecería interesante.
Esta mañana internet me funciona bien :)
Emma! te entiendo perfectamente! los viernes a mi me pasa lo mismo porque aprovechamos que en Suecia tienen una cosa llamada After-Work que vayas donde vayas al pedir una bebida tienes acceso a buffet. ¿Que es lo que pasa? Que como a la 1/2, luego a las 5/6 y ya dependiendo de como se haya dado el after-work pues mi cena de todos los días para que no me de hambre por la noche. Es como convertir la merienda en la comida más fuerte jaja. No sabes lo que me gustan los viernes...
ResponderEliminarPero qué dices... ¡tu hambre ha podido más que tu sueño!. Creí que nunca llegaría este día ;-)
ResponderEliminarCuando "vivía" en Irlanda lo que haciamos es, a nuestra hora de la cena, tomar un trozo de bollo, o unas tostadas con un vaso de leche... cosas así. Vamos, que merendábamos a la hora de cenar y en la hora de merendar, pues cenábamos.