viernes, 8 de octubre de 2010

Colores otoñales

Hoy, cuando se cumple una semana de mi llegada a Montréal, Nicoleta ha descubierto mi capacidad de ponerme infinitamente roja. Os cuento la historia para que os riáis un poco:
El martes el Dr. Capobianco le pidió a Rafik que me pasara una lista de artículos que es interesante que conozca para saber exactamente en qué trabaja mi nuevo grupo. Así que estos días me he estado dedicando básicamente a leerme esos artículos. Como os imaginaréis, no es la actividad más divertida del mundo, pero es cierto que es algo que es necesario hacer cuando se llega nuevo a un sitio. El caso es que ayer por la tarde terminé de leerme los artículos que tenía impresos, y hoy he llegado temprano por la mañana y me he puesto a mirar cuáles me faltaban por leer y cuáles me interesaba imprimir. Hay en el laboratorio dos impresoras, una Samsung y una HP. Yo había impreso siempre en la Samsung, pero hoy me ha dicho Nicoleta que imprimiera en la HP, que la Samsung le había dado problemas, y eso he hecho. Pero la impresora no se ha enterado y Nicoleta ha dicho que no era raro, que mi ordenador solía tener problemas para verla. He probado con la Samsung y como ha funcionado he impreso en ella los artículos y me he puesto a leer. Y estábamos trabajando tranquilamente Nicoleta y yo cuando ha entrado en el laboratorio el profesor Cuccia y le ha dado un artículo. Nicoleta ha puesto cara de ¿y esto qué es? pero luego se ha dado cuenta de que era... ¡el articulo que yo había mandado imprimir! Había impreso el artículo en la impresora de un profesor absolutamente desconocido. ¡Qué vergüenza! Le he pedido perdón y me he empezado a poner muy muy roja, como me pongo yo...
La verdad es que el hombre ha sido muy majo, se ha reído y ha dicho que no pasaba nada. Nicoleta ha aprovechado para presentarnos y hemos estado hablando de lo espectacular que es esta época del año en Québec, y de que ahora empezaré a ver cómo los parques cambian totalmente de color con el otoño y se ponen rojos... Y yo no he podido evitar pensar que los árboles de Montréal son en eso exactamente igual que yo.

4 comentarios:

  1. Entonces podría considerarse que lo tuyo es una técnica de adaptación al medio muy evolucionada, vamos, ¡mimetismo puro y duro!.
    Ve al parque, métete entre los árboles, te sacas una foto y la cuelgas en el blog en plan juego de agudeza visual "¿dónde se esconde Emma?".

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  2. Jajaja, sería muy bueno, pero tendría que ser justo cuando tuviera un momento embarazoso (y esperemos que no tenga muchos)
    Puedes mirarlo de otra manera, así has conocido gente nueva, y simpática :)

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  3. Emmi no cambies!!! mola un huevo verte cambiar de colores, quizas yo pueda presumir de haberte conseguido poner de otros colores no solo rojo, sino tambien... mmm el color del enfaado?! negra? jajaja
    Airán

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  4. Pues yo no se lo contaría a Capobianco porque seguro que aprovecha que eres nueva y decide ahorrar tinta durante el primer mes y te hace ir mandando los documentos a las distintas impresoras que haya a tu alcance. Con la excusa de hacer amigos... ;)

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