Hoy ha sido mi primer día de trabajo en mi nueva universidad: la Universidad de Concordia. Aunque siendo sinceros, llamarlo día de trabajo es un eufemismo, porque lo que es trabajar, no he trabajado mucho. Os cuento:
A las 9:30 de la mañana me ha recogido Rafik a la puerta de mi casa (...lo va a seguir haciendo hasta que me consigan una tarjeta para coger el autobús gratuito de la universidad... es muy majo). De camino a la universidad hemos pasado por un Coffee-Auto, es decir, hemos comprado un café sin bajar del coche. Rafik se ha reído mucho cuando le he dicho que era la primera vez que hacía eso. Y una vez en la universidad me han presentado a la gente del grupo, he ocupado mi mesa, me he reunido con mi nuevo jefe y he ido a un seminario de seguridad sobre radiaciones (¡del que me examinarán la próxima semana!). Luego he acompañado a Rafik a comprar un regalo para su hermana y a las 17:45 me dejaba en casa.
Llegados a este punto podría dedicarme a describir como es la universidad, o el laboratorio, o a qué me voy a dedicar estos años, pero hoy me apetece más hablaros de la gente que compone el grupo en el que voy a trabajar (el Grupo de Investigación de Lantánidos del Departamento de Química y Bioquímica). Y me apetece, entre otras cosas, porque empiezo a tener la teoría de que en Canadá hay muy pocos canadienses. Veréis por qué:
El jefe del grupo es el Dr. John A. Capobianco (en realidad se llama Giovanni), que como habréis deducido nació en Italia, aunque lleva más de 20 años en Canadá.
Contándome a mí somos 3 postdocs, más uno que acaba de conseguir plaza en otro centro de investigación en Montréal pero va a seguir colaborando con el grupo: Fiorenzo Vetrone (Fiore), nacido en Canadá, pero de padres italianos; Nicoleta Bogdan, rumana de nacimiento, pero de madre griega; y Rodger, que en contra de los que pueda parecer... es chino.
Estudiantes de doctorado hay dos: Kobe, que es de Hong Kong, y Rafik Naccache, que nació en Canadá de madre egipcia.
Y por último, dos estudiantes de máster: Amélie, que es francesa y Diana, que es colombiana.
Y, con toda esta mezcla de nacionalidades, imaginad la mezcla de idiomas: Capobianco y Fiore hablan sin problemas inglés, francés e italiano; Rafik, inglés, francés, árabe (aclaración dedicada a Eugenio: ¡habla el dialecto egipcio!), y un poquito de español; Amélie, francés, inglés y un poco de español; Nicoleta, rumano, griego, francés y un poco de inglés; Kobi y Roger chino e inglés; Diana español e inglés; y yo, español, inglés, francés y un poco de italiano. Y lo mejor de todo es que vamos cambiando de idioma según la persona con quién hablemos, así que ha habido un momento en el que se estaban manteniendo simultáneamente en el laboratorio conversaciones en chino, español, francés e inglés.
En fin, conclusión del primer día... trabajo en la ONU.
Se te ha olvidado decir que sabes un poco de alemán, jeje, aunque allí parece poco relevante (al menos de momento)
ResponderEliminarParece un sitio muy multicultural, y Rafik está siendo un solete (¿no querrá algo?)
Un besote!
Me hace ilusión levantarme y leer la entrada del blog :)
Pues nada, está claro que te toca llevar un poco de cordura a ese laboratorio y potenciar el español, que se ve un poco en desventaja (Laura: es que Emma donde va, triunfa).
ResponderEliminarMe alegro de que el primer día de trabajo haya ido bien. Al igual que Henar, tú también trabajas en la ONU. Me temo que hay sedes de la ONU allá donde vais :-)
ResponderEliminar¿A comprar un regalito? Eso quiere decir que ya has estrenado algún mall? Me sumo a los comentarios de Laura y Marta, el tercer día y te lleva a comprarle el regalo a su hermana? Lo siguiente es presentarte a sus padres!
Y no, tu comentario no ha pasado desapercibido. 5ºC? uff, aquí nos mantenemos aun con 15ºC o si acaso algunos menos cuando se pone tonta la semana