Pues ya estoy de vuelta en mi casa de Montreal... mucho más rápido de lo que estaba planeado. La razón, el mal tiempo en el aeropuerto de Amsterdam, que no permite que despeguen aviones aunque sí aterrizan. Así que mi vuelo ha salido de Montréal en el horario previsto pero a los que teníamos una conexión en Amsterdam no nos han dejado embarcar, porque al parecer en Schiphol ya no tienen ni sitio en el suelo para que duerma la gente. Así que he llegado al aeropuerto, y con las mismas me he tenido que volver, después de arreglar lo del billete. A pesar de que en cuanto me han dicho que me quedaba en tierra he corrido a un teléfono para que me colocaran en el primer vuelo con plazas libres, el primer avión en el que han podido meterme sale el martes, y el miércoles a mediodía debería llegar a Madrid. Así que por de pronto me pierdo la fiesta de Navidad de postcomunión, a la que pensaba bajar mañana, y la cena con los compañeros de la carrera. Qué rabia me da, yo que me veía ya con todos vosotros...
En fin, qué se le va a hacer. Toca esperar tres días más, y rezar para que el martes el tiempo me permita irme... aunque la previsión es que la nieve continue. Deseadme suerte, que no me apetece pasar aquí la Nochebuena sola.
Besos...